Por Carolina Vega Thollander, rectora Instituto Nacional.
El Instituto Nacional, uno de los grandes resilientes de la educación pública de Chile, cumple 211 años. Con todo, el gigante sigue soñando y continúa sembrando el futuro de nuestro país, con más de 3.000 estudiantes en las aulas de Arturo Prat 33.
La tradición ablanda sus cáscaras, y el Instituto acoge también a jóvenes mujeres, incluyendo a todos y todas. En este coloso todo es posible, desde las luces más brillantes hasta las sombras del deterioro de la convivencia social. Aun así, su comunidad abraza deseos de recuperar la serenidad y continuidad de las clases, correr paso a paso el cerco, y brindar una educación que abra camino a la mejor versión de cada uno y cada una de sus estudiantes.
Se anhela una democracia verdadera, con estudiantes haciendo ejercicios respetuosos de diálogo ciudadano, y con padres y madres avanzando hacia una organización única que nos brinde la posibilidad del trabajo conjunto. Docentes y asistentes de la educación nos vamos ajustando a un enfoque cada vez más integral, para desplegar las capacidades de cada estudiante como ciudadanos de un futuro más próspero. Los exalumnos van retornando a su alma mater con sentido de pertenencia y espíritu de servicio, comprendiendo que estamos en un momento crucial y que sus manos son necesarias.
El gigante está de fiesta, algo cambia y algo se mantiene: el espíritu de un liceo nacional republicano, que sea foco de luz para la nación, capaz de seguir moldeando con excelencia e innovación el porvenir.
El gigante de la educación pública está vivo y seguirá siendo de Chile y para Chile.