Por Cecilia Perret Pérez, directora Médica del estudio PedCoronaVac. Profesora del Departamento de Enfermedades Infecciosas e Inmunología Pediátrica de la Facultad de Medicina UC e Infectóloga Pediatra de la Red de Salud UC CHRISTUS
La emergencia del Covid19 en 2019 y su posterior transformación en pandemia, ha desafiado a todos los sistemas de salud del mundo para contener y controlar la circulación de este nuevo virus. En esta pandemia, los que se han visto afectados mayoritariamente son los adultos y particularmente aquellos con enfermedades asociadas. Este perfil ha postergado la adopción de medidas relevantes y efectivas en los niños porque no han sido, y entendiblemente, prioridad en las decisiones sanitarias.
Hoy, en un momento de calma durante esta tormenta pandémica, los niños son la población que va quedando más susceptible. Se ha observado en otros países que la proporción de pacientes pediátricos ha aumentado, especialmente aquellos niños con comorbilidades, con tasas de hospitalización y muerte por Covid similar a la observada con influenza. Esta realidad enfatiza la relevancia de los estudios de vacunas para ellos.
La inclusión de niñas y niños en estudios de este tipo no es fácil, pero es un derecho y un deber. Ellos no son adultos en miniatura a los cuales les podemos extrapolar información generada por estudios en adultos. Por eso, necesitamos contar con evidencia concreta que la protección que les aseguramos con la vacunación efectivamente sea así.
El efecto de la vacuna CoronaVac de Sinovac está siendo estudiado en niñas y niños entre 3 a 17 años por la Universidad Católica, con académicos e investigadores de las Facultades de Medicina, Ciencias Biológicas y Química y Farmacia. Se trata de un estudio internacional que reclutará 14.000 niños en 5 países y que en Chile contempla incluir a 4.000 niños voluntarios. Este estudio evaluará, en forma controlada y monitorizada, la seguridad, respuesta inmune y protección que produce en los niños la vacuna CoronaVac.
Estudios preliminares en otros países han demostrado que esta vacuna tiene un buen perfil de seguridad y de respuesta inmune. Los niños voluntarios participantes de este estudio, así como los de otros estudios similares, están haciendo historia y abriendo oportunidades para sus pares. Estas niñas, niños y sus padres, han comprendido que los resultados que se obtengan de su generosa participación estarán contribuyendo a favorecer la aplicación, a millones de niños como ellos, de vacunas seguras y eficaces.