Por Chaim Rafalowski, Director de gestión de desastres del Servicio de Emergencias israelí Maguen David Adom
Producto de la importación de la variante Delta por viajes al extranjero, el Estado de Israel está viviendo una situación muy particular en la gestión de la pandemia. A comienzos de junio, el promedio de casos nuevos estaba alrededor de 10 por día, sin embargo, durante esta semana los positivos se dispararon por sobre los 100, y ya se aproximan a los 150 diarios.
El aumento de los contagios se está produciendo pese a que Israel tiene un muy alto porcentaje de personas inmunizadas, ya sea vacunadas (todos con Pfizer) o recuperadas: 90% los mayores de 50 años; 83% entre 29 y 59 años; 77% entre 20 y 29; 63% entre 16 y 19.
Gracias al exitoso proceso de vacunación, Israel había avanzado mucho en el relajamiento de las medidas restrictivas: se levantó la obligatoriedad de usar mascarillas en sitios cerrados, se reiniciaron los eventos deportivos y culturales, y se normalizó el funcionamiento de cines y restaurantes. Pero, muy probablemente, este domingo se reimplantarán algunas restricciones, como el uso de mascarillas en lugares cerrados. Además, muchos colegios están suspendiendo los eventos de fin de año escolar.
Desde el punto de vista epidemiológico, es preocupante que el 35% de los últimos casos positivos corresponda a personas con su programa de vacunación completo, aunque afortunadamente han desarrollado la enfermedad en forma leve. Pese a eso, siguen siendo casos positivos, y muy probablemente han contagiado a sus contactos estrechos.
Esta sorpresa poco agradable llega justo cuando los israelíes se aprestaban a unas vacaciones libres de todo tipo de restricciones, pero aparentemente esa no será la situación. Por eso, hay que seguir haciendo esfuerzos para convencer a los rezagados que se pongan la vacuna, y al resto de la población que siga cuidándose y que vacacionar dentro de Israel es más seguro que viajar al extranjero.