Columna de Cristián Prado: La política Covid cero en China

COVID-19 outbreak in Shanghai
Foto: Reuters


Por Cristián Prado, ex agregado Comercial de Chile en Hong Kong y Macao

Ha sido un año complicado para China este 2022. La nueva ola de Ómicron ha llevado al gobierno a tomar medidas de cuarentena y exámenes de PCR masivos en la población. La ciudad de Shenzhen fue la primera en experimentar una cuarenta a principios de año. Posteriormente le siguió Shanghai, que el 1 de junio salió de dos meses de cuarentena, tiempo durante el cual la capital económica del Gigante Asiático se paralizó por completo (recién el 1 de julio el comercio abrió en su totalidad), produciendo cortes de abastecimientos, problemas logísticos (más de 300 buques de carga paralizados en el puerto), inflación, molestias en la población y varias empresas extranjeras cambiando su centro de fabricación a Vietnam o Tailandia.

Beijing, la capital política, figura con períodos de cuarentena por barrio, comunas y distritos. A esto se suma la reciente noticia del 27 de junio en la que el secretario del Partido Comunista de Beijing, Cai Qi, anunció que la política cero se extendería por cinco años más, con el objeto de lograr el total control sobre la epidemia. La noticia sólo duró dos horas y fue bajada de todos los medios locales. El anuncio no fue bien recibido en la población, originando voces disidentes incluso dentro del propio partido.

Otras provincias están sufriendo nuevos casos a diario, como Anhui y Jiangsu. Ciudades como Xi´an y Suzhou -que ya cuentan con dos e incluso tres dígitos de nuevos casos-, están entrando en cuarentena al momento de escribir esta columna.

Por otro lado, el grupo de adultos mayores es el de mayor riesgo de contagio y, en el caso de Shanghai, sólo el 62% está vacunado. Ésta es una tendencia que se multiplica en otros centros urbanos y específicamente en zonas rurales.

En Shanghai se han encontrado nuevos casos producto de una variante de Ómicron (BA.5), lo que ha producido nuevos encierros, pero cortos y por barrio. Sin embargo, se comienza a ver la luz al final del túnel: el lunes Beijing anunció que para el ingreso a lugares concurridos se requerirá reporte de vacunas, incluyendo las extranjeras.

En consecuencia, la incertidumbre y falta de expectativas en la población es latente. Nadie sabe qué va a pasar mañana. Cambios en las políticas de un día a otro y falta de información han sido nota recurrente de la China actual.

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