Columna de Cynthia Arnson: Lecciones del 5 de noviembre, mitos y verdades
Por Cynthia Arnson, miembro distinguida del Wilson Center en Washington y profesora adjunta en la Universidad Johns Hopkins SAIS.
La victoria transversal del Partido Republicano en Estados Unidos el pasado 5 de noviembre ha impulsado un proceso de autoexaminación dentro del Partido Demócrata. Las principales líneas de crítica han comenzado a surgir.
Primero, la Vicepresidenta Kamala Harris no podía escapar al récord de la administración de la cual fue parte. Según estadísticas oficiales, los precios han aumentado casi 20% desde 2021, cinco puntos por encima del aumento de los salarios. Mientras el gobierno habló cerebralmente del crecimiento del PIB y del empleo, la gente sintió en su bolsillo que los precios básicos de todo estaban galopando. Nueve de cada 10 votantes dijeron que la economía era “extremamente” o “muy” importante en el voto.
La migración -tema que Donald Trump amplificó y distorsionó- fue otra debilidad. En los primeros tres años de Joe Biden, los encuentros entre la Guardia Frontera y los migrantes en el sur de EE.UU. lograron niveles récord. Trump lanzó repetidas acusaciones falsas. Por ejemplo, que los migrantes cometieron la mayoría de los crímenes. Su narrativa tomó fuerza no solo por la repetición de mentiras, sino porque la gente sintió en sus comunidades el incremento en el número de migrantes.
Harris apostó erróneamente a que el acceso al aborto iba a motivar a las mujeres como bloque. El tema de la protección de la democracia tampoco registró en la jerarquía de las inquietudes.
Otra debilidad del Partido Demócrata está en el ámbito cultural: es visto como el partido de grupos de interés minoritarios -la élite universitaria, la gente transexual- permeado por el “wokeismo” en general.
Dicho esto, cabe recordar que menos del 50% (49,87%) de los que se presentaron en las urnas votó por Trump. Aunque él reclama un mandato para emprender transformaciones radicales en todos los ámbitos, la polarización hace que el país está dividido en dos. Los efectos de las políticas extremistas que Trump promete pueden tener un efecto ‘boomerang’, produciendo un cambio en las elecciones de medio término en 2026.