Columna de Daniel Zovatto: Acertado regreso al voto obligatorio
Por Daniel Zovatto, Director Regional IDEA Internacional. @zovatto55
La reciente reincorporación de la obligatoriedad del voto en todas las elecciones y plebiscitos, salvo en las elecciones primarias, es una medida acertada. Todo debate sobre las ventajas y desventajas que conlleva esta medida debe considerar tres cuestiones centrales. La primera, no hay consenso en el derecho electoral comparado sobre este tema. La segunda, el análisis no debe darse en el vacío, sino en función del contexto en el cual se implementará y los objetivos buscados. La tercera, las tendencias globales y regionales.
Respecto de este último punto, la base de datos de IDEA Internacional cuya visita recomiendo, muestra la prevalencia del voto voluntario a nivel mundial. Lo mismo ocurre en Asia, Africa, Europa y Norteamérica. En cambio, en América Latina existe preferencia por el voto obligatorio, con o sin sanciones.
En el primer grupo encontramos a Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay; países que cuentan con las tasas más altas de participación electoral en nuestra región. En casi todos los casos, las sanciones consisten en multas, las cuales pueden ir acompañadas de otras medidas de carácter administrativo. Al segundo grupo -países con voto obligatorio pero sin sanciones- lo integran, entre otros, Costa Rica, Honduras, México y Paraguay.
Chile es un caso atípico en esta materia. Hasta el año 2012 se regía por un sistema de registro voluntario con voto obligatorio. Posteriormente migró, acertadamente, a uno de registro automático pero combinado erróneamente con voto voluntario. La consecuencia inmediata fue una fuerte caída en la participación electoral.
El lunes pasado, Chile se ha vuelto a alinear con la tendencia latinoamericana, al restablecer el voto obligatorio y manteniendo el registro automático de los electores; contemplando, además, la elaboración de una ley orgánica constitucional -aún en trámite- que fijará las sanciones y multas para quienes incumplan con este deber y quienes estarán exentos de ellas.
El voto obligatorio -del cual soy partidario en el caso chileno- además de fortalecer la democracia, es el mecanismo más rápido y efectivo para lograr un aumento importante de la participación electoral y constituye un paso importante para reconectar a la ciudadanía con la política electoral. Pero, para mejorar sus efectos positivos, debe estar acompañado de sanciones y de incentivos. En este sentido, es recomendable complementar el restablecimiento del voto obligatorio con programas de formación ciudadana, campañas comunicacionales potentes con foco en los grupos que participan menos, y con medidas destinadas a aumentar la legitimidad y confianza de las instituciones políticas.