Columna de Dhayana Fernández-Matos: Fraude electoral y violación de DD.HH. en Venezuela
Por Dhayana Fernández-Matos, doctora en Ciencias Políticas. Profesora investigadora de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Simón Bolívar (Colombia). Integrante de la Red HILA y de la Red de Politólogas #NoSinMujeres.
Desde el 28 de julio, una vez que el Consejo Nacional Electoral dio los primeros resultados que daban como ganador a Nicolás Maduro –sin presentar las actas–, las protestas en Venezuela no se hicieron esperar. Tampoco la violenta y cruenta represión por parte del régimen marcada por detenciones arbitrarias, amenazas, intimidaciones, allanamientos, desapariciones forzadas, violaciones al debido proceso y otros derechos conexos.
Según el Foro Penal, organización de derechos humanos que brinda asesoría y defensa a las personas privadas de libertad, el miércoles 7 de agosto de 2024, se contabilizaron 1152 arrestos, 101 de adolescentes y 5 indígenas. A ello se le suman 24 personas asesinadas y una cifra no clara de desapariciones forzadas.
Las medidas represivas y violatorias de derechos humanos del régimen venezolano permitirán abultar aún más el ya amplio expediente abierto por la Corte Penal Internacional contra Nicolás Maduro y otros líderes del chavismo.
Una de las estrategias que más ha llamado la atención en este período ha sido la “Operación Tun Tun”. Se trata una táctica de persecución mediante la cual una persona que se sienta víctima de un crimen de odio bien sea en forma física o por redes sociales, puede denunciar el hecho, lo que genera la actuación de los cuerpos represivos del Estado y la privación de libertad de personas que no han cometido delito alguno.
Este panorama muestra sin caretas, que en Venezuela impera una autocracia, un régimen dictatorial, de los más cruentos que ha tenido la región.
Ya muchos países se han pronunciado y le han exigido al ente comicial que muestre las actas de las elecciones presidenciales. Uno de los primeros en hacerlo fue el Presidente Gabriel Boric, quien incluso ha señalado que no reconoce el gobierno de Maduro. Esto ha sido aplaudido por la población venezolana que está a favor del cambio democrático.
Pero para que el discurso del Presidente Boric sea consecuente con el respeto a los derechos humanos, le pedimos que revise las estrategias de securitización que su gobierno ha implementado y que pretende profundizar para detener una eventual nueva ola migratoria de Venezuela.
El cierre de fronteras y otras medidas restrictivas no logran su objetivo. Las personas desesperadas por salir de la dictadura no dejarán de hacerlo porque haya mayores controles, seguirán intentándolo en condiciones más peligrosas y expuestas a ser víctimas del crimen organizado transnacional.
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