Columna de Elizabeth Horan: La ambición de Gabriela Mistral
Por Elizabeth Horan, académica estadounidense y autoria de “Mistral, una vida”
Las ambiciones de Gabriela Mistral se encuentran en sus años provinciales, a pesar de la pobreza y su educación troncada por las autoridades locales. Ya adolescente comenzó a escalar hasta la cima de cuatro profesiones distintas. Llegaría a la fama mundial como una celebridad educacional cuyo periodismo circulaba por todo el mundo hispanoparlante. Recibe el Premio Nobel por su poesía. Tiene más que tres décadas de servicio diplomática.
¿Cómo concibió y consiguió ella realizar tamañas ambiciones?
El rastreo y compaginación de sus cartas, publicaciones y manuscritos inéditos revelan las raíces de su éxito en las redes de amistades que ella hilvanaba con anarquistas y señoras de clase alta, artistas, diplomáticos. Destaco los disidentes sexuales, entonces descritos como “intersexuales”, desde Alberto Nin Frías, Eugenio Labarca, Alone y más. Cito las cartas para mostrar como leer entre las líneas, estrategia que utilizo al leer su poesía que nos habla más que nunca de su idealismo y su genio.
Otros intentos biográficos han fracasado por caer seducidos por los cuentos poco comprobables y contradictorios que Mistral narraba, años después. Los cambiará según el tiempo y ocasión de su performance, pues Gabriela Mistral se nutría de la riquísima tradición oral. No nos dejó ninguna autobiografía, ni escribió un diario personal. Para encontrar lo comprobable yo busqué y encontré los estudios de eximios historiadores regionales de Coquimbo, Antofagasta, Magallanes... Escritores como Dusan Martinovic, Hernán Herrera Vega, Rolando Manzano, José Varela, Mario Bahamonde. Ellos no descartan la tradición oral, sino que la combinan con fuentes documentales, fotos y manuscritos. En este rastreo me ha ayudado la recuperación de la obra de Laura Rodig por las historiadores como Gloria Cortés Aliaga y Yocelyn Valdebenito Carrasco.
Y al finalizar mi manuscrito, más de una vez encontré nuevas cartas subidas al sitio web de la Biblioteca Nacional, que resolvieron puntos antes no resueltos. Escribir Mistral una vida resultó ser una investigación para toda la vida.
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