Por Felipe Heusser, Decano de la Facultad de Medicina UC.
Año tras año, a pesar de las crisis sociales, económicas, de seguridad y de pensiones, la salud sigue siendo un tema crítico para los chilenos, y la necesidad de reforma es cada vez más urgente. Según los últimos estudios de Ipsos y CEP, para los chilenos la salud es una de las áreas que requiere mayor atención del gobierno, con las listas de espera (72%) y el alto costo (66%) como los principales problemas.
De esta manera la presión por una reforma al sistema de salud, prometida por el Presidente Gabriel Boric, se intensifica. El Ministerio de Salud y los parlamentarios están enfocados en cumplir la fecha límite del 1 de octubre para ingresar el proyecto de ley que materialice el compromiso adquirido tras la aprobación de la ley Corta. El trabajo prelegislativo avanza, con sectores políticos y sociales, colaborando para formular propuestas donde se incluye la eliminación de preexistencias y el fortalecimiento de Fonasa, incorporando la Modalidad de Cobertura Complementaria (MCC), seguro que busca aumentar la protección financiera en salud.
La Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile comprometida en la búsqueda de un sistema de salud que asegure a las personas una atención digna, segura y de calidad, generó la iniciativa “Salud para Chile”, que congregó académicos de distintas áreas para abordar 11 temas de salud, proponiendo soluciones concretas. Derecho a la salud, modelos de atención y financiamiento, acceso a medicamentos, listas de espera, enfermedades crónicas, atención primaria, salud mental, salud bucodental, educación de profesionales, telemedicina y nuevas tecnologías, y ética y profesionalismo, fueron las materias abordadas.
Una reforma de salud que garantice calidad, equidad y viabilidad es un desafío de largo plazo, probablemente de décadas, que no puede sino ser integral, es decir incluir no solamente el ineludible tema de su financiamiento, sino también muchos otros aspectos, visibilizados a veces erróneamente como menos relevantes, pero sin los cuales se arriesga la calidad.
Creemos que para dar coherencia a los cambios que progresivamente se implementen, se necesita una visión de largo plazo, unificadora, con la que se vayan alineando todas las soluciones parciales, que por las distintas urgencias se requiera ir implementando y que sea asumida por todos los actores. En la generación de un consenso así, el diálogo con la academia es relevante y nuestras propuestas son una invitación a generar ese espacio.
Algunas definiciones mayores debieran incluir preguntas tales como: ¿Concordamos que la salud es un bien público? ¿Cuál es el rol y qué relevancia debe tener la atención primaria y cómo se deberá articular con el resto del sistema? ¿Cómo innovamos en la formación de nuestros profesionales de la salud para optimizar su aporte? ¿Cómo masificamos las nuevas tecnologías, incluyendo la inteligencia artificial? ¿Cómo enfatizamos la práctica humanizada de la Medicina? Una nueva “Salud para Chile” merece una mirada amplia y de futuro y como universidad reafirmamos nuestro compromiso de cooperar en la formulación de políticas públicas para avanzar hacia un sistema de salud integral, equitativo y sostenible para Chile.