Por Fernando Castillo, historiador de la Universidad Andrés Bello
A propósito del fallecimiento de Colin Powell, es necesario recordar cómo fue su nexo con Chile a inicios de este siglo. Powell fue secretario de Estado de Estados Unidos entre los años 2001 y 2005 bajo el gobierno del Presidente George W. Bush. De manera paralela, en enero de 2003, Chile ingresaba como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, en un escenario en el que se debatía una posible invasión de EE.UU. a Irak, y en la que el Secretario de Estado norteamericano expuso los argumentos de su país para justificar dicha guerra.
La postura chilena se apegó de manera irrestricta al derecho internacional y votó en contra de una guerra, a pesar de que en el ámbito bilateral Chile y Estados Unidos se encontraban negocionado un Tratado de Libre Comercio.
A un mes de este episodio, Colin Powell visitó Chile en febrero de 2003, en el contexto de una reunión de la OEA (Organización de Estados Americanos). En Santiago, y durante su breve estadía sorprendió a los medios nacionales cuando afirmó, tras una pregunta de un estudiante por la participación de EE.UU. en la caída del gobierno de Salvador Allende, respondiendo que no estaba orgulloso del rol que había tenido su país en los episodios que llevaron a la interrupción del régimen democrático chileno. Este comentario fue interpretado de manera positiva por el gobierno chileno de la época, ya que lo consideraron como el primer reconocimiento de una autoridad del gobierno de Estados Unidos respecto del rol que cumplió este país en el golpe de Estado de 1973. Finalmente, el 6 de junio de 2003, Chile y Estados Unidos firmaron un Tratado de Libre Comercio, y Powell volvería a visitar Chile en 2004, en el contexto de la APEC, destacando el compromiso de nuestro país en la iniciativa de EE.UU. por el tema de Corea del Norte.
Por lo tanto, y a pesar de las tensiones que hubo entre los gobiernos de Chile y Estados Unidos, los vínculos de Colin Powell con nuestro país se desarrollaron en respeto a la soberanía y al Derecho Internacional. De ahí su legado y el lugar que ocupará en la historia de Chile y el mundo.