Por Fernando Guzmán, presidente Asociación de Diplomáticos y Diplomáticas de Carrera (ADICA)
Con la instalación de un nuevo gobierno -y el compromiso de erradicación de viejas prácticas-, el Servicio Exterior planteó una vez más la necesidad de respetar la carrera funcionaria y también de reflexionar sobre las relaciones de Chile con el exterior y su conexión con los intereses del país y las personas.
Bajo la actual Constitución -en revisión y con una amplia legitimidad ciudadana para su cambio- el nombramiento de Embajadores/as es una atribución exclusiva del Presidente. Sin desconocer ello, el mensaje que la Asociación de Diplomáticos y Diplomáticas de Carrera (ADICA) ha querido relevar esta semana, es reconocer la profesionalización y larga experiencia de las mujeres y hombres del Servicio Exterior. En un momento de particular importancia para Chile y su futuro: la Convención Constituyente.
La repercusión de las nominaciones ha permitido poner en discusión el interés nacional de cómo se posiciona Chile frente a la comunidad internacional, y las funciones diplomáticas esenciales: informar, defender, representar y negociar, con un alto componente de gestión política, en las relaciones bilaterales, labores consulares y foros e instancias multilaterales.
Desde el ingreso a la Academia Diplomática (por concurso público), se nos prepara en cómo comprender el mundo y el manejo de las RR.EE., obedeciendo a una política de Estado, de largo plazo. Por ello, vemos con satisfacción, cómo la ciudadanía así lo comprende.
El llamado de ADICA no debe ser instrumentalizado desde la política interna, dado que todos los gobiernos desde el retorno a la democracia han utilizado las nominaciones de Embajadores/as políticos en los términos planteados en la declaración pública.
En un momento de particular importancia para Chile y su futuro, con una Convención Constituyente que discute democráticamente el nuevo marco normativo del país, creemos necesario este debate. El Servicio Exterior continuará trabajando por el país y a disposición de los gobiernos democráticamente electos, y espera que sus capacidades y especialización sean consideradas en la construcción de un mejor país, para todos y todas, sin distinción política, reforzando nuestra imagen internacional.