Columna de Gabriela Sandoval: Oscar, si no es ahora ¿cuándo?
Por Gabriela Sandoval, presidenta de APCT (Asociación de Productores de Cine y Televisión)
Las recientes nominaciones a los Oscar 2024 de La memoria infinita (Mejor documental) y El Conde (Mejor fotografía) son motivo de orgullo para el país. Desde 2011, siete nominaciones, dos premios Oscar, dos premios Goya y tres Emmy forman parte del centenar de reconocimientos con los que, año a año, nuestro audiovisual destaca en el mundo: más de 300 premios en 2023.
Lo anterior es producto del esfuerzo de profesionales que ponen su compromiso, talento y recursos económicos para producir los contenidos, ya que si bien existen subvenciones al sector, desde hace 10 años han mostrado un congelamiento innegable: Fondo CNTV, entre 2020 y 2024, se estancó en US$ 5,6 millones en promedio, con un decrecimiento de un 5,5% al compararlo con el IPC; Fondo de Fomento Audiovisual (FFA), entre 2020 y 2024, ha mantenido exactamente la misma proporción del presupuesto total del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, en cinco años sigue representando solo un 4,57% en promedio y US$ 13,7 millones anuales, generando que cientos de proyectos presentados al FFA, obteniendo calificación de excelencia, no sean uno de los 10 a 12 largometrajes, entre ficción y documental, ganadores del Fondo.
Además, Chile no cuenta con incentivos para atraer capitales extranjeros, como sí ocurrió entre 2017 y 2019, donde cada peso neto del aporte se multiplicó cinco veces el subsidio (Corfo: $1.600 millones vs. Inversión Extranjera: $8.000 millones), sin considerar el impacto futuro ni la contribución total. Por dar algunas cifras más: 25% del gasto en personal artístico y técnico, 5.500 puestos de trabajo (directos e indirectos) y 30% del gasto fue en regiones.
Por todo esto es urgente salir del estancamiento, a través del incremento de los aportes e incentivos en donde el gobierno cumpla la promesa del 1% en cultura. Estamos iniciando el tercer año del gobierno y no se ha cumplido, lamentablemente solo hemos retrocedido.
Quien lea estas líneas puede llamarle la atención que, en momentos de celebrar, como APCT (Asociación de Productores de Cine y Televisión) nos estemos lamentando, pero el lamento será mucho más grande y profundo al darnos cuenta de que no se aprovechó la oportunidad de construir y proyectar una industria creativa tan potente como el audiovisual, impulsando el desarrollo y crecimiento de la cultura y su economía del conocimiento.