Columna de Gonzalo Yuseff: El secuestro del teniente Ojeda
Por Gonzalo Yuseff, exdirector de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI)
El 21 de febrero, a las 3.15 de la madrugada, el teniente retirado del Ejército venezolano Ronald Ojeda, refugiado en Chile, fue sacado por cuatro hombres desde el departamento que ocupaba, ubicado en la comuna de Independencia. Lo hicieron vestidos con ropas de la PDI al tiempo que Ojeda estaba en calzoncillos. Sabemos que Ojeda es opositor al régimen y que está acusado de sedición.
El primer elemento que se debe dar por meridianamente claro es que el motivo de la acción es conspirativo. Sea cual sea el objetivo buscado. Lo segundo que debemos consignar es que el teniente no era ninguna amenaza significativa para el gobierno de Maduro. Tampoco era Oppenheimer. Así, parece que quien ejecutó esta acción, con todos los riesgos asociados a una maniobra de esta especie, busca hacer propaganda o mandar una señal. El tercer aspecto que debemos considerar, y quizás el más importante, es temporal. Por qué se hace ahora, en este gobierno, a este Presidente. Sin duda que se trata de un bochorno y quien lo ocasiona estaba consiente de aquello. La actitud de intervención activa del ejecutivo en temas como la guerra entre Rusia y Ucrania, y el conflicto Israel con Hamas, expanden aún más los sospechosos de esta acción.
Frente a la sensación de indefensión que una vulneración tan flagrante de la soberanía nacional produce, recomiendo calmar los ánimos con el notable relato de Jorge Luis Borges, “El jardín de los senderos que se bifurcan”. Allí, el genio del Río de la Plata juega con la idea de un jardín que contiene una red infinita de senderos, que reflejan la complejidad del universo. El protagonista Yu Tsun, agente secreto chino es enviado para matar al agente británico Stephen Albert y con ello enviar un mensaje codificado al Cuartel General alemán, durante la Primera Guerra Mundial. La elegancia del relato contrasta con este vulgar complot guayaberesco.
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