Por Héctor Pinto, ex seleccionador juvenil
El inicio de la era Gareca al mando de la Selección ilusiona. Esa es la palabra. Los cambios son significativos, viraron al equipo. El que se vio ante Albania y Francia jugó, propuso, se replegó bien sin salir a defenderse, también llegó bien al área contraria. Los defensas, por ejemplo, se pararon en la mitad. Hay una idea que me entusiasma. Es un cambio radical, con poco tiempo de trabajo. Eso es muy valorable.
Se nota que Gareca estudió mucho a Chile, que sabe el potencial que tienen los jugadores y le sacó provecho. Hay casos notorios como Darío Osorio, Marcelino Núñez y Víctor Dávila, entre los nuevos. O Alexis, Vargas o Isla, de la Generación Dorada. Se han vuelto a sentir ganadores, saben que pueden competir.
Los sistemas duran poco, lo que demora en empezar el partido. Lo que prevalecen son las tareas y funciones. Eso se nota. Cuando atacan tienen la idea de ir, no alocadamente. No son egoístas dentro del área. El pase de Isla a Nuñez es una muestra. Eso no pasaba. Veo una intención distinta.
Gareca ve bien el fútbol. Lo que uno ve en la cancha es coherente con lo que transmite. Los jugadores sienten eso, la libertad para jugar. Osorio, por ejemplo, lo nota. Busca, remata, se repliega por su sector. Me gustó que Chile fuera un equipo ordenado, compacto para atacar y defender. Que se parara bien, tácticamente ordenado en la defensa. Que llegara con peligro al arco. Ha hecho cinco goles en dos partidos. Eso es tremendamente positivo, porque no pasaba. Ojalá que se mejoren algunas cosas en la defensa. Cuando se ataca, se van Isla o Suazo y faltan coberturas. Son cosas mínimas.
Es parecido al inicio de Bielsa o Sampaoli, al menos en la sensación. Ilusiona porque se juega bien al fútbol, se trata bien el balón, no se le arriesga. Hay rotaciones, cambios de dirección. No es la misma manera de jugar, pero se ven resultados. Hay un convencimiento de los jugadores. Se ve que la propuesta de Gareca les acomoda. Con los otros se veían rígidos. Ahora gozan jugando. Cuando uno siente que el fútbol es un juego y se hace bien, salen las cosas.
Hay margen para evolucionar, jugadores que faltan, como Pulgar. Da para ilusionarse. La Copa América será un torneo para evaluar. Pero hoy, por lo que se vio, hay equipo para pelearle a cualquiera.