Columna de Iván Poduje: El Ciudadano Duque

Elecciones


Por Iván Poduje, arquitecto

¿Ha escuchado propuestas o ideas para mejorar nuestras ciudades en esta campaña municipal? Creo que cualquier lector concluirá que hemos visto bien poco de aquello, pese a que el tema se tomó la agenda con bombos y platillos. Los partidos suben y bajan candidatos, apelando a las encuestas o a repartijas de cupos entre coaliciones. Se habla de turismo o de “swing electoral”. Candidatos que se anuncian y se bajan o que inclusive de cambian de comunas como Sebastián Sichel, que pasó de amar Santiago a querer Ñuñoa como quien cambia de auto o bicicleta. La idea es posicionarse, más que resolver problemas de los electores. Lograr una buena votación como coalición, para quedar bien parado ante la presidencial o la parlamentaria, en vez de proponer un plan potente para levantar las comunas que se quieren gobernar. Varios candidatos saben que no tienen opción de ganar en esta elección. Su objetivo es hacerse conocidos para ir por la parlamentaria aprovechando los recursos públicos que entrega el Servel.

Es increíble que esto pase en el complejo momento que vive el país, golpeado por cuatro crisis enormes con dos procesos constitucionales fracasados liderados por la izquierda y la derecha. En un suelo tan inestable, y con tantas demandas sociales no resueltas, lo lógico sería que los partidos estuvieran craneando como servir a sus votantes, mejorar su calidad de vida urbana o las prestaciones municipales en salud y educación. Pero nada de eso hemos visto a solo cinco meses de las elecciones. No hay programas, metas ni propuestas . Solo titulares y rostros que son paseados por canales y calles.

Es muy probable que el elector se de cuenta de este baile, lo que aumentará su distancia y malestar con la política, solo que en este caso no podrá quedarse en su casa como señal de protesta como lo hizo en la elección municipal pasada. No señor. Ahora el voto es obligatorio, así que la rabia se canalizará y expresará en la urna con el voto, y no hay que ser genio para anticipar que el blanco principal serán los viejos partidos políticos. Por ello muchos analistas anticipan que los grandes ganadores serán los independientes o las agrupaciones nuevas como ocurrió en el pasado con la Lista del Pueblo o el Partido de la Gente.

Es por eso, que la figura de Aldo Duque tiene reales probabilidades de ganar en Santiago Centro, lo que sería un cataclismo de proporciones para los partidos tradicionales. El personaje no deja de ser interesante. Duque vive y trabaja en Santiago, y su primera pieza audiovisual lo muestra camuflado con el resto de la población, como un ciudadano más que debe caminar por una metrópoli gris, afectada por la basura, el deterioro y la desidia de la clase política tradicional, que el agrupa bajo el concepto transandino de “la casta” que tan buenos resultados le dio a Milei.

Los críticos de Duque dicen que como abogado defendió delincuentes y que no tiene equipos ni experiencia para lidiar con un desafío tan complejo. Pero quienes levantan esas quejas, son los mismos partidos que reciben financiamiento público para hacer estas campañas tipo pantomimas, donde no se debate ni proponen medidas para mejorar las comunas. Partidos que el pasado fueron financiados irregularmente por empresas y que más recientemente – en el caso de Revolución Democrática- se robaron la plata destinada a mejorar campamentos o a subvenciones escolares preferenciales.

Por ello estas críticas no mellarán la adhesión de Duque, y pienso que lo mismo ocurrirá con las columnas de los mismos analistas que predijeron el infierno si ganaba Milei y que todavía no entienden como el pueblo argentino fue tan bruto e ignorante como para elegir a ese “demente populista”. ¿Pensarán lo mismo de Duque?. ¿Qué infierno alertarán si gana? Dirán que no lo vieron venir. Para evitarse el mal rato les sugiero que se den una vuelta por el Santiago demolido por el estallido, la pandemia y la crisis migratoria que sus contrincantes, para bien o para mal, representan.