Columna de Javiera Léniz: El día Mundial de los Cuidados Paliativos y la muerte de mi abuela

Enfermedad terminal cuidados paliativos
Columna de Javiera Léniz: El día Mundial de los Cuidados Paliativos y la muerte de mi abuela.


Por Javiera Léniz Martelli, profesora asociada Escuela de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica de Chile.

Hoy se celebra el Día Mundial de los Cuidados Paliativos. Esto me hace recordar la muerte de mi abuela hace casi un año. Ella murió a los 101 años, en su cama, junto a sus hijos, y sin dolor. El equipo de cuidados paliativos del Servicio de Salud la visitó regularmente en sus últimas semanas, e incluso acompañó a sus hijos después de que falleció.

Lamentablemente esta no es la realidad en todo Chile. En nuestro país, la mitad de las personas con cáncer muere con dolor y solo el 60% es visitado por un médico de cuidados paliativos en su último mes de vida.

Desde la implementación del GES de acceso a cuidados paliativos para personas con cáncer en 2004, ha aumentado significativamente el número de equipos especializados. Actualmente, el sistema cubre aproximadamente el 93% de la demanda en personas con cáncer. La aprobación de la ley para extender este acceso a personas con enfermedades no oncológicas en 2022 constituyó otro gran avance. La pregunta es, ¿es esto suficiente?

La investigación liderada por nuestro equipo estimó que, a partir de 2050, cada año habrá más de 100 mil personas en su último año de vida que requerirán cuidados paliativos, casi el doble que en la actualidad. Este es un escenario complejo. Chile cuenta con un único programa de formación de médicos paliativistas y la formación en carreras de pregrado es aún insuficiente. Más aún, las necesidades de las personas con cáncer al final de la vida pueden ser muy distintas a las de aquellas con demencia u otras enfermedades crónicas, que serán cada vez más frecuentes.

Nuestro país enfrenta un doble desafío: necesita prácticamente duplicar su oferta de servicios y, a la vez, mejorar su calidad. Esto requiere avanzar en formación profesional, investigación y diseño de modelos de atención que puedan responder a estas necesidades de cuidado heterogéneas.

A veces se nos olvida que todos moriremos algún día. Es hora de pensar cómo logramos que todos alcancemos un final de vida digno como el de mi abuela.

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