Por Jeanette Vega, ex subsecretaria de Salud Pública

La torre Jenga (construcción en base a palitos) es una metáfora útil cuando pensamos en ir desescalando las medidas de protección frente al Covid-19. Si no sacamos los palitos uno a uno y con mucho cuidado, se nos cae la torre o se derrumba nuestro “castillo de naipes”.

El mes de abril, cuando estábamos en la punta de contagios y creciendo, no parecía razonable liberar ninguna medida, ni siquiera medidas de baja eficacia, como el toque de queda prolongado. Hoy, el diagnóstico de la situación epidemiológica es un poco distinto, la situación sanitaria está mejorando, dentro de la gravedad, y el porcentaje de vacunación con dos dosis aumentando. En este escenario y desde la evidencia internacional, una medida como el toque de queda no debiera prolongarse, menos aún en todo el territorio nacional.

Si tenemos una estrategia de mitigación del virus separada por comunas por parte de la autoridad, no se logra comprender el criterio sanitario de un toque de queda en todo el país. Lo que podemos entender es la necesidad por parte del Ejecutivo de entregar la única respuesta de su libreto para el desgobierno y pérdida de rumbo: el “control social”, mantener el estado de catástrofe y el toque de queda.

Por cierto, frente a una pandemia que no ha terminado y que tiene muchas incertidumbres, es fundamental mantener las restricciones a actividades catalogadas de alto riesgo: apertura de bares, discotecas, casinos, centros nocturnos y gimnasios. En general todo tipo de reunión en espacios cerrados.

Este mensaje es clave, sobre todo cuando vemos que hay medidas contradictorias o que generan confusión en la ciudadanía, como la apertura de malls, restaurantes, cines, casinos de juego, etc; en desmedro de las actividades al aire libre que permiten mejorar la salud mental de la población y tienen bajo riesgo de contagio, por ejemplo, realizar ejercicio en sitios abiertos, permisos para que los niños salgan a las plazas y parques en una franja horaria.

Es tiempo de mirar la evidencia junto con los actores relevantes de la sociedad civil y transformar nuestra estrategia sanitaria. Todo esto teniendo como telón de fondo que si bien estamos ligeramente mejor esta es una mejoría frágil que hay que cuidar

Ninguno de los cambios necesarios requiere mantener el toque de queda, sólo requiere más espacio para la evidencia y en ese camino todos debiéramos estar más unidos que nunca.