Columna de John Griffiths: Los anuncios de Milei
Por John Griffiths, jefe de Estudios de Athenalab
Sorpresa ha causado en la opinión pública nacional los anuncios del Presidente argentino sobre una propuesta de base combinada con Estados Unidos, durante el encuentro que el mandatario transandino sostuvo con la Comandante del Comando Sur, general Laura Richardson, en la austral ciudad de Ushuaia. Al respecto, Javier Milei señaló: “Se trata de un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco.” Adicionalmente, expresó que esta base “nos avala el reclamo sobre la Antártica”.
Al respecto, habría que señalar que, para sortear la materialización de la base combinada, debería resolverse que —de acuerdo con la legislación argentina— se prohibe la instalación de bases militares de otros países, limitándose al ingreso de tropas extranjeras solo para efectos de ceremonial y protocolo, instrucción o ayuda en catástrofes naturales, con la debida aprobación del Congreso. De allí que dicha decisión es en esencia soberana de nuestro vecino país, y dependerá adicionalmente de la voluntad e interés de EE.UU. para materializarse.
Respecto de la segunda consideración expresada, en cuanto a avalar el reclamo transandino en la Antártica, se debe señalar que ninguna base sudamericana combinada en Chile o Argentina podría avalar las reclamaciones territoriales en la Antártica, que por cierto ambos países han realizado, en forma histórica y que a la fecha mantienen el tema bajo el paraguas del respectivo Tratado Antártico, que en concreto ha congelado las reclamaciones de los países en dicho continente, suspendiendo las controversias por soberanía.
Sin embargo, más sorpresa debiera causarnos el hecho que no exista una visión estratégica consensuada, constante y de largo plazo, de parte de Chile sobre nuestros derechos y pretensiones, sabiendo de antemano que el continente se podría transformar —a futuro— en un área geográfica más de competencia y confrontación, entre las grandes potencias. Adicionalmente, no se observa un esfuerzo sostenido y relevante para el desarrollo de la infraestructura portuaria en Punta Arenas, con el objeto de ser el operador principal hacia el continente blanco, ya que Chile sí posee mejor continuidad y contigüidad en el extremo austral del país con la Antártica y los mejores accesos están bajo su dominio.