Columna de Juan Carlos Muñoz: Una nueva era para las licencias de conducir

Por Juan Carlos Muñoz, ministro de Transportes y Telecomunicaciones.

El foco de modernizar no es solo adoptar tecnología: es incorporar herramientas que permitan un mejor desarrollo de nuestro país. Cada vez que damos un paso hacia la digitalización, no sólo mejoramos procesos, sino que también procuramos transformar la calidad de vida de las personas y asegurar un Estado más eficiente y confiable.

Por más de dos décadas, la licencia de conducir en Chile no cambió, permitiendo su ocasional falsificación y dificultando la fiscalización. Según estudios internacionales, entre un 8% y un 20% de los accidentes fatales involucran a conductores sin licencias válidas. Dicho de otro modo, hasta una de cada cinco tragedias está asociada a que no somos suficientemente exhaustivos en la exigencia de la licencia.

Por ello, la Licencia Digital de Conducir representa un salto fundamental, incorporando tecnología avanzada, como un código QR de alta seguridad que permite detectar falsificaciones en forma instantánea y, admitiendo la integración de bases de datos centralizadas, agilizando las labores de fiscalización.

Pero la digitalización no sólo permite combatir el uso fraudulento. Prepara también el camino para futuras mejoras, como la licencia por puntos: iniciativa internacional que ha mostrado disminuir en más de un 20% la tasa de siniestralidad al reducir la vigencia de la licencia (o perderla) si un conductor comete sucesivas infracciones.

Tener una base integrada de información no sólo posibilita conocer rápidamente la hoja de vida del conductor, sino también aplicar sanciones, porque la licencia es mucho más que un documento: es una herramienta que abre oportunidades, permite el acceso a empleos y conecta comunidades. Pero también una gran responsabilidad, pues el tránsito es un escenario en que 2.000 personas pierden la vida y otros miles quedan con lesiones graves.

Con este cambio, que será un proceso gradual, justamente para que la transición entre la licencia actual y la digital sea armónica, Chile da un paso audaz y necesario, pasando a la vanguardia en esta materia, pues entendemos la modernización como un deber. Un deber con los ciudadanos, con la seguridad vial y con la confianza en las instituciones.