Por Lourdes Puente, directora de la Escuela de Política y Gobierno, Universidad católica Argentina
El momento de las elecciones es único. La política se sienta a esperar que sus ciudadanos le otorguen o quiten su confianza. La Argentina del 13 de agosto despertó empoderada. Y le dijo a su clase dirigente con una voz bastante inquietante para quienes conducen sus destinos, que ya no va más.
La salud del sistema le dio una alternativa para hacerlo. Porque Javier Milei se presentó como candidato y el 30% de un casi 70% que fue a votar(1 de cada 4), uso su boleta, su propuesta y su canto de Libertad Avanza para decirle a todos los demás, que no les cree. Y aunque el electorado se dividió en tercios, la sorpresa, la victoria y la visibilidad nueva están del lado del indiscutido ganador.
Su voto es transversal a todos los sectores sociales, y es mayoritario en todo el país. No es ideológico. Más bien expresa bronca, hartazgo, un grito de furia contra la clase dirigente.
Le arrebató a la oposición la idea de CAMBIO. Y complicó a la candidata que ganó la interna, Patricia Bullrich, su identidad y diferencia. En su coalición, ella recogió el malestar con su “es Todo o Nada”. Pero Milei se adueñó de la centralidad generando más confianza con su Libertad Avanza, cariturizada en un personaje cuya excentricidad despertó las ansias de cambio y el coraje de animarse a algo diferente. Ambos expresaron la alternativa de “no seguir con los mismos de siempre”.
El oficialismo, obtiene el menor tercio y el candidato Sergio Massa carga con que sus votos duros y candidaturas legislativas son kichneristas, pero su identidad tiene dificultad para diferenciarse y oponerse a “la derecha”. Además de la crítica situación del la economía que conduce.
Hoy se siente que la ola Milei vino como un tsunami a barrer estructuras, cajas, prebendas, modos de hacer política, prensa y encuestas. La política recibió un gran sacudón. La incertidumbre es mayor, la crisis económica pende de un hilo. Milei habla como futuro Presidente y Massa y Bullrich están tratando de encontrar la manera de que haya más votantes y crean en ellos, pero no saben con que voz hablar.