Columna de Luciana Sutovsky y Tamara Ferj: La deuda con los estudiantes de altas capacidades

Por Luciana Sutovsky y Tamara Ferj, Fundación Altas Capacidades Chile

Imagina un niño de 4 años que ama leer libros de filosofía, pero se siente aislado e incomprendido. Una niña con memoria excepcional, pero que las luces y los colores vibrantes la abruman, generándole ansiedad. Su cerebro es un amplificador, y tampoco soporta los gritos de la clase. Un niño de kinder que, mientras la profesora habla de Colón, se pregunta por qué flotarán los barcos, se distrae, recibe una anotación negativa y las burlas de sus compañeros. Piensa en una niña que se saca un 2 en una prueba de opción múltiple porque la redacción de las alternativas es inexacta. Que es justiciera, y detesta cuando eligen como “mejor compañera” a la niña más popular y no a la más solidaria. Un niño capaz de resolver problemas de física mentalmente, pero que le ponen mala nota por no escribir el desarrollo en las pruebas.

Ahora, imagina vivir así, cada día, durante años.

Cerca de 500.000 estudiantes con Altas Capacidades (AACC) en Chile enfrentan desafíos intelectuales, sociales y emocionales en un sistema que no los reconoce ni apoya. Se asume que, por ser inteligentes “no necesitan ayuda”, cuando en realidad requieren ajustes educativos y profesionales que comprendan sus particularidades.

Por eso en 2021 formamos nuestra fundación, y ya son más de 700 las familias que representamos. Estamos formando, visibilizando, orientando. Pero necesitamos que el Estado actúe ahora. Urge avanzar en legislación, capacitación de docentes y programas educativos que incluyan a todos, sin distinción.

¡Y estamos progresando! Hace unos días, la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados aprobó la idea de legislar en AACC. También, el Ministro de Educación se comprometió a generar cambios en algunas de las normas vigentes para incluir a estos estudiantes y a capacitar a los docentes, pero este camino es largo, recién empieza y no será sencillo.

En este día internacional de las Altas Capacidades, tomemos conciencia: No se trata de elitismo, se trata de derechos. Todo niño merece una educación que lo haga brillar y, en Chile, aún estamos a oscuras