Por Macarena Miranda, periodista y extenista chilena
Estas semanas han sido intensas para Nicolás Jarry, simplemente “intratable”. Si en algún momento el nieto de Jaime Fillol iba a conseguir su primera victoria en el cuadro principal de Roland Garros, ello parecía destinado a acontecer este 2023.
En la temporada de su renacer, el número uno de Chile ya lleva dos triunfos en la arcilla parisina, en una participación donde ostenta su mejor ubicación en el ranking ATP (35º) tras una descollante actuación en Ginebra, donde se proclamó campeón al superar a jugadores de la talla del noruego Casper Ruud (4º), el alemán Alexander Zverev (27º) y el búlgaro Grigor Dimitrov (29º) en la final.
Una semana completa sin conocer la derrota, más los triunfos en el major de Francia frente al boliviano Hugo Dellien y al 17 del mundo, el estadounidense Tommy Paul, nos invitan a reflexionar sobre el fenómeno Jarry y tratar de ver más allá de una carrera que hace un par de años se vio interrumpida por un doping involuntario. Todo ello hace que el dulce presente de Nico tenga un significado mayor.
Al menos yo, cuando pienso en Nicolás Jarry versión 2023, no lo puedo imaginar sólo en la cancha. Inmediatamente se me viene a la mente el español Juan Ozón, su técnico desde 2021. También Laura, su esposa y Juanito, su pequeño hijo, quien se ha convertido en un personaje en el circuito. Todos ellos han sido parte fundamental de este proceso. Sobre el carismático entrenador, las palabras trabajo, humildad, presente y disfrute se suceden en cada una de sus declaraciones.
Ozón es el director de una orquesta perfecta, ejerciendo un sano liderazgo en un equipo multidisciplinario, donde destacan el trabajo psicológico y el aspecto físico. Esto último, a cargo de Toni Estalella.
Nicolás Jarry resurgió de las cenizas no sólo para quedarse en la elite del tenis mundial, sino que para ser protagonista. Tiene todo para estar dentro de los mejores. Es uno de los mejores en polvo de ladrillo, sus 20 victorias sobre esta superficie (sumando el triunfo por Copa Davis frente a Alexander Bublik) lo ratifican. Dos títulos, en Chile y Suiza, lo respaldan. Ahora seguimos los consejos de Ozón: vivir el presente y disfrutar el gran momento de Nico Jarry, que tan bien le hace al tenis nacional.