Por Manuel Ludueña, ingeniero comercial y vocero de la comunidad del edificio Miramar Reñaca
Primer acto. El temporal de agosto pasado afectó a varias ciudades y localidades entre las regiones de Valparaíso y Biobío, provocando la crecida y desborde de ríos, inundaciones y activación de las quebradas. La noche del 23 de agosto se activó el chat de los vecinos de la comunidad del Edificio Miramar, en Reñaca. Luego de una fuerte lluvia en la V Región, por las ventanas se veían luces, sirenas, vehículos de la municipalidad y Carabineros en la zona. En un hecho nunca antes visto, un socavón afectó al edificio Kandinsky, el cual fue evacuado la misma noche. Para nosotros fue sólo un susto, ya que no nos afectó directamente. Producto de este socavón se hicieron por parte del MOP medidas de mitigación para desviar el agua y evitar que se siguiera agrandando.
Segundo acto. El 11 de septiembre, a eso de la medianoche, nuevamente se vieron luces por las ventanas, sirenas, y vehículos de la municipalidad: había fuertes lluvias y solo en 40 minutos cayeron más de 8 milímetros de agua en la zona, lo que hizo que las obras del MOP colapsaran. Así, se produjo un segundo socavón, justo frente a la piscina de nuestro edificio, cayéndose la calle por completo. Esa noche nos evacuaron a todos los vecinos, porque el riesgo era inminente, con casi 200 personas involucradas. Fue ahí cuando tuvimos que salir con lo puesto del edificio, sin poder volver a entrar hasta el día de hoy. Al día siguiente, el SENPRED amplió el perímetro de seguridad que afectaba al edificio Kandinsky, afectando ahora a otros tres edificios: Miramar 1 y 2, y Santorini. Todos fueron evacuados. En el caso del Miramar, donde está mi departamento, hoy está clausurado con un candado, sin ascensor y sin servicios básicos, por lo tanto no se puede habitar.
Tercer acto. El martes 10 de octubre, casi un mes después de haber dejado nuestros departamentos, la delegada presidencial nos entregó el protocolo de evacuación, donde se nos obligó a firmar una declaración jurada que exime de toda responsabilidad al SENAPRED, MOP, alcaldesa y delegada presidencial, lo cual molestó a mucho de los vecinos. No obstante, algunos comenzaron con sus mudanzas. Sin embargo, el sábado 14 los ascensores presentaron fallas, porque estamos sin suministro eléctrico ni de agua, por lo cual estamos operando con un generador de emergencias. Producto de esto, este lunes, al ingresar los técnicos a revisar los ascensores, se percataron que había siete departamentos violentados. Al día siguiente la PDI comprobó que eran 10 en nuestro edificio y 34 totalmente destruidos en el Kandinsky ¿Quién nos paga las puertas rotas, mobiliario destruido y todo lo que se robaron de los departamentos?
Producto de todo esto, nos sentimos desamparados y abandonados por la autoridad.