Columna de María José Abud: No es solo cerrar las brechas, sino también repararlas
Por María José Abud, coautora del libro “Disparidad bajo la Lupa”, del CEP.
Este 8M el Centro de Estudios Públicos (CEP) lanzó su libro sobre brechas de género en Chile, que cuantifica las principales inequidades y presenta recomendaciones en las áreas de roles de género, violencia, salud, educación, trabajo remunerado y no remunerado, entre otras, evidenciando que estas brechas no afectan exclusivamente a las mujeres, sino que a la sociedad en su conjunto.
Sin desconocer la importancia de avanzar en todos los desafíos que expone el libro, al menos tres son impostergables para este año. Primero, la violencia contra la mujer no puede esperar: 2 de cada 5 mujeres han sufrido de violencia intrafamiliar y 8 de cada 10 de acoso callejero. Para ello, urge aprobar el proyecto de ley de violencia integral, tramitado en los dos últimos gobiernos e impulsado también por la actual administración.
Segundo, más de 3,5 millones de mujeres están fuera de la fuerza laboral y un 50% es por razones de cuidados. Apremia eliminar los costos asociados a su contratación, con respuestas que rompan con los paradigmas tradicionales de la división del trabajo. Al respecto, se ha comprometido un sistema nacional de cuidados y una reforma a la sala cuna, anunciada este 8M.
Lamentablemente, estos dos proyectos están condicionados a la reforma tributaria, la cual fue rechazada esta semana, quedando en suspenso agendas impostergables para las mujeres que deberían ser prioritarias en la asignación presupuestaria. Esperemos que se proponga otra fuente de financiamiento, o bien, se respalde mediante indicaciones el proyecto de sala cuna que está avanzando en el Senado.
Finalmente, requerimos de un Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género que convoque transversalmente a mujeres y hombres, a la sociedad civil y, sobre todo, al sector privado. Como elocuentemente desarrolla Sol Serrano en el prólogo de Disparidad bajo la Lupa, no basta con cerrar las brechas, sino ver cómo reparamos la forma de habitar el género tanto de mujeres y hombres. Plantear esta agenda como una de carácter universal es imprescindible para cerrar brechas y, especialmente, para repararlas.