Por Pablo Giralt, periodista y conductor de Pelota Parada (TNT Sports Argentina)
Un clásico siempre dispara mil sensaciones en los corazones, al tiempo que aumenta la expectativa por concretar una victoria frente al rival de siempre. Para encarar un análisis certero del partido que nos espera hay que remontarse al que considero un punto de inflexión: las dos Copas América conseguidas por la Roja.
Esos logros despertaron un interés generalizado por el fútbol chileno. Así, quienes vivimos en países vecinos comenzamos a estar más pendientes, a registrar a sus protagonistas, por ejemplo.
Me ha tocado estar en Chile en ocasión de un clásico, y así pude vivenciar cómo el país se paraliza ante cada cruce entre Universidad de Chile y Colo-Colo. Ese clima especial permite trazar un paralelismo con otras grandes rivalidades sudamericanas, como River-Boca o Nacional-Peñarol. Los clásicos producen ese efecto en la gente, y Chile no es la excepción.
En este caso, se trata de equipos que han vivido un 2021 tumultuoso, donde las cosas no les salieron como esperaban. Tanto “albos” como “azules” se dieron cuenta de que una mala temporada los puede catapultar a la segunda división.
Joaquín Larrivey y Ramón Arias son bajas importantes para la “U”. Más allá de eso, creo que este año el club ha intentado cambiar el ánimo con una profunda renovación. Por su parte, Colo-Colo ha hecho incorporaciones puntuales ya que apostó a sostener la base de 2021.
En la previa, vislumbro un clásico atractivo y con goles. ¿Por qué? Porque está Juan Martín Lucero de un lado, en tanto que del otro aparece el goleador Cristian Palacios. Pese al mal momento que atraviesan en el inicio del campeonato, los dos están urgidos por entregar un buen espectáculo. Los de Gustavo Quinteros llevan tres fechas sin victorias. Los de Santiago Escobar Saldarriaga, en tanto, vienen de dos derrotas al hilo.
En mi opinión, en estos casos el historial no sirve de mucho. Al margen de la supremacía de Colo-Colo se recorta la racha negativa de Universidad de Chile: desde 2013 que no triunfa en un clásico oficial en los 90 minutos, y tampoco le gana como visitante desde 2001.
Reitero, tengo la expectativa de que éste sea un gran clásico y con muchos goles. No me imagino un partido cerrado: los dos tienen que arriesgar, y como recién está arrancando el campeonato es una gran oportunidad para brindar un buen espectáculo y prenderse. Son dos clubes con realidades similares, pero con diferentes panoramas en cuanto a la conformación de sus planteles.