Por Paula Navarro, directora del fútbol femenino de Santiago Morning
En Chile hay jugadoras talentosas, pero no hay que exagerar. A veces hay muchas expectativas y el fútbol es un juego en el que se puede perder. Hay variables que no se ven, jugadoras que faltan y hay que preguntarse por qué no están. O por qué no quieren estar. Del norte, del sur. Los técnicos tienen gustos y es válido también. Cada entrenador elige a sus jugadoras.
La gente tiende a creer que la mayoría de las jugadoras que militan en el extranjero están en el primer nivel y no es así. La única que compite ahí y juega todos los partidos es Christiane Endler. Es cuestión de mirar las aplicaciones. La mayoría juega en Segunda División o no juegan. Entrenan en cancha sintética, no les pagan el sueldo. Está el ejemplo del Rayo Vallecano. Ahí somos un poco egoístas. Hay que preguntarse si son tan buenas las ligas de afuera.
En esta Copa América, las federaciones no quisieron que les pasara lo mismo que en la de Chile. Querían que les fuera bien e invirtieron en cuerpos técnicos, infraestructura, en giras. ¿Hicimos lo mismo? Venezuela fue a jugar con Estados Unidos, trajo a una entrenadora italiana. Entonces, son varias cosas. Todas las selecciones subieron su nivel, hasta Paraguay.
Hay otra arista, la de los clubes. ¿Se ha mejorado la infraestructura de los equipos? ¿Han llegado recursos para sacar más niñas en lo formativo? ¿El progreso es organizar un campeonato? Definitivamente, no. Hay un montón de fondos a los que se puede postular y los clubes no tenemos idea. En el resto del mundo, hicieron los proyectos y mejoraron.
Estoy segura de que el partido que viene las chiquillas lo van a ganar, pero siento que debió haber sido antes. Hay material. Está Valentina Navarrete, que cambia un partido de un momento a otro. Viene de Mulchén. No creo que se haya acabado la Generación Dorada y recambio hay.
En la Sub 17 que va al Mundial hay jugadoras extraordinarias. Y en el equipo actual, también. Eso sí, hay varias que no jugaron en el año. En el entrenamiento es donde se pasa la materia. El partido es el examen final. Es súper simple. Pero, insisto, no creo que la Generación Dorada del fútbol femenino se haya acabado. Al revés, está recién empezando. En el fútbol masculino, hace 100 años, pasó lo mismo. Y llegaron los contratos y, un largo tiempo después, los triunfos. Por ahora, sufrir es parte del juego.