Por Pilar Lizana, investigadora senior Athenalab.

Llegó diciembre y junto a este mes las compras navideñas y el caos de fin de año. Confuso panorama urbano que se transforma en caldo de cultivo para esas bandas delictuales especializadas en asaltar a los apurados chilenos que buscan un regalo para algún amigo o familiar. Por eso, el gobierno ha presentado un plan de fin de año seguro que busca abordar los problemas que se generan en puntos críticos de la capital y que se acrecientan en aquellas fechas cercanas al pago de sueldos y bonos.

Sorprende poco los puntos críticos identificados. El Terminal San Borja, el Mercado Central, la Plaza de Armas, Bellavista y Cenco Costanera son lugares donde la delincuencia común bien organizada opera todo el año, no sólo para las fiestas de diciembre. Sólo en Bellavista se han contabilizado más de 10 bandas criminales en el sector que han mermado la concurrencia de emblemáticos lugares como Patio Bellavista.

Ferias navideñas y eventos masivos pueden transformarse en puntos de enfrentamientos violentos como ha sucedido en otras latitudes. En ese sentido, el aumento de fiscalización y contingente policial puede tener un efecto positivo y al mismo tiempo uno conocido como globo. Presionar un lugar desbalanceará la actividad delictual que puede migrar a otras zonas.

Un aspecto fundamental en el contexto de seguridad tiene que ver con aquellos delitos violentos que no son parte de la delincuencia común. La demanda por drogas que pueden producir las fiestas de año nuevo y el inicio del verano tendrá un efecto en el movimiento de bandas dedicadas al microtráfico. El control de esa demanda podría generar focos de violencia distinta a la que aborda el plan de fin de año por lo que, focalizarse en los hurtos y robos, dejando de lado a los “emprendimientos ilegales del narco local” podría terminar dejando vacíos que sean llenados con delitos violentos que nuevamente se lleven las primeras planas de los diarios.

No basta con un plan para hacerse cargo de la delincuencia común de fin de año, se necesita también otro que aborde esa delincuencia organizada que busca una oportunidad de negocios. Ambos planes deben generar sinergias y así hacerse cargo de los desafíos que trae diciembre.