Por Pilar Moraga, Directora CDA - Subdirectora (CR)2 Universidad de Chile
El contexto. La conferencia de las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático n°28, tenía como principales objetivos implementar el Acuerdo de París, en materia de balance global, pérdidas y daños, fondo de adaptación y mercado de carbono.
Esta se realizó en la ciudad de Dubai, ubicada en medio del desierto de los Emiratos Árabes Unidos. Un metro en superficie magnífico, emplazado en medio del enjambre de autopistas, trasladaba a los miembros de las delegaciones al sitio de la COP en la estación Expo 2020, quienes podían observar durante el trayecto, la infraestructura de la ciudad, desarrollada en pocos años gracias a la riqueza de la industria petrolera y caracterizada por un número infinito de rascacielos y centros comerciales, que ofrecen todo tipos de distracciones, incluida una pista de esquí. Nada más alejado al concepto de ciudad sustentable y resiliente al clima.
Las negociaciones estuvieron marcadas por el año más caluroso del planeta, por el lobby que defiende los intereses de la industria de los fósiles en el mundo y por la masculinidad de los representantes de los Estados. De los 140 líderes mundiales que debían tomar la palabra en las negociaciones, sólo 15 eran mujeres.
Los avances. El acuerdo alcanzado ha sido calificado de histórico por algunos, en atención al hecho de que por primera vez en la historia de las negociaciones se menciona a los combustibles fósiles y se compromete acelerar la acción para alcanzar la carbono neutralidad al 2050.
Al mismo tiempo, se acuerda triplicar la capacidad de energías renovables y duplicar la eficiencia energética hacia el 2030, así como avanzar en la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles. Se trata de una buena noticia, a la que se suma el reconocimiento del rol de la ciencia y la evidencia científica disponible y dentro del concepto de transición justa, según el cual, la reducción de gases de efecto invernadero debe realizarse a la luz de la equidad.
Los pendientes. Todos los acuerdos alcanzados, dependerá de la voluntad y capacidad de los Estados parte del Acuerdo de París de acelerar la acción climática en el marco de los compromisos que asumirán en la revisión de sus actuales contribuciones nacionalmente determinadas (NDC), las cuales deben ser presentadas el 2025, en la COP30 en Brasil. Se trata de un momento crucial, pues se celebrarán los 10 años desde la firma del Acuerdo de París.
Así las cosas, el Acuerdo alcanzado en la COP28, puede considerarse un avance muy importante en las negociaciones, sin embargo, aún queda mucho por hacer para lograr el objetivo del Acuerdo de París, esto es, no superar la temperatura global del planeta en 1,5°, en relación a la era preindustrial.