Columna de Raúl Cordero: 2024, el año de los extremos climáticos

Por Raúl Cordero, académico de la Universidad de Santiago.

A nivel global, este 2024 termina como el año más cálido jamás registrado. En Chile, el 2024 también deja una larga lista de récords rotos. El verano estuvo marcado por la peor ola de calor desde que la Dirección Meteorológica de Chile lleva registros. Durante cinco días consecutivos, entre el 30 de enero y el 3 de febrero, el termómetro en Santiago superó los 35°C, una temperatura que típicamente solía excederse un par de veces por década.

El 2 y 3 de febrero, las condiciones meteorológicas extremas en Viña del Mar frustraron los esfuerzos de bomberos y brigadistas para contener la propagación de voraces incendios intencionales. Fueron los fuegos más letales a nivel mundial en el último siglo, superando las víctimas registradas solo seis meses antes en Maui, Hawái.

En otoño e invierno, pasamos de un extremo al otro. En mayo y julio, escapes de aire desde la Antártica causaron cuatro intensas olas de frío en la zona central, contribuyendo a que Santiago cerrara el 2024 como el año con más mínimas bajo cero desde 2007. Aunque la zona central experimentó el junio más lluvioso en 22 años, por primera vez no se registraron precipitaciones en la capital durante julio, uno de los meses tradicionalmente más lluviosos.

Agosto en la zona central será recordado por las ráfagas de más de 120 km/h que batieron el récord histórico de intensidad del viento en Santiago y desnudaron la fragilidad de nuestra red eléctrica. Cientos de miles de personas quedaron sin electricidad durante días, incluso semanas.

El año cierra como comenzó: con mucho calor. Este 2024, las máximas en la capital superaron los 30°C durante más de 90 días, el doble de lo que se consideraba normal hace pocas décadas. Esta nueva marca no es inocua: temperaturas superiores a los 30°C se asocian a un alza en la mortalidad de mayores de 65 años en Santiago.

Los extremos climáticos no son simples curiosidades estadísticas, sino eventos que provocan pérdidas, daños, y muerte. Sobre esto, el 2024 nos deja, lamentablemente, demasiados ejemplos.