Columna de Raúl Cordero: Calor récord
Por Raúl R. Cordero, académico de la Universidad de Santiago.
Este viernes, Chile central cerró su semestre más cálido jamás registrado. Desde el pasado 1 de octubre, la zona central ha enfrentado una sucesión insólita de 8 olas de calor que avivaron voraces incendios forestales. Más de 400.000 hectáreas han sido arrasadas, liberando alrededor de 4 millones de toneladas de carbono a la atmósfera y causando pérdidas que podrían alcanzar los US$ 500 millones.
El calor y los incendios de los últimos 6 meses no sólo evidenciaron la magnitud de los riesgos que enfrentamos como consecuencia del progresivo deterioro del clima, sino que también expusieron algunas de nuestras limitaciones. Chile cuenta con instituciones competentes orientadas a pronosticar y minimizar los riesgos asociados al clima extremo. Sin embargo, su abnegado trabajo no pudo evitar que el verano cierre con decenas de víctimas directas de los incendios y probablemente con centenares de muertes prematuras producto del calor.
Las olas de calor continuarán intensificándose y presentándose de forma cada vez más frecuente, al menos durante las próximas tres décadas. Es poco probable que logremos controlar la explosiva propagación de incendios durante las olas de calor más intensas. Pero sí podemos minimizar las pérdidas materiales (mediante un adecuado ordenamiento territorial) y las pérdidas de vidas (educando a la población en cómo responder en caso de alerta por calor o por incendios). El tórrido verano y la feroz temporada de incendios han dejado lecciones que nuestras autoridades no deben ignorar.
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