Columna de Roberto Tobar: Neymar, Messi y offside semiautomático

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Por Roberto Tobar, ex árbitro FIFA

Es difícil dirigir a Neymar porque magnifica mucho ciertas situaciones de juego que son normales, pero que van irritando al adversario. Van poniendo un poco a los adversarios en contra del arbitraje. Hay que tener cierta experiencia para poder dirigirlo y poder llevar el camino de buena forma. Messi es un jugador que pasa más concentrado en la hora de recibir el balón, no es que esté pendiente del árbitro, reclamando o en discusiones con adversarios. En ambos casos, eso sí, es un gusto.

Me ha gustado el arbitraje en el Mundial. Son partidos muy distintos a los de Champions o los de la Copa Libertadores. Y ya no es lo mismo dirigir en la Copa Libertadores que en la Champions League. A nivel de Conmebol es muy difícil dirigir. En Europa los jugadores se respetan bastante. Acá queremos sacar ventaja de lo más mínimo. Entonces, para el árbitro, la escuela sudamericana es tremenda. Es enriquecedora, da una experiencia grande, por lo que se aprende.

El tiempo adicional es una medida aceptable. Lo importante es que durante el juego el árbitro tenga la capacidad para entregar una mayor dinámica. Va a incrementar el tiempo de juego, pero lo importante es lo otro. En Chile hay que empezar a implementarlo. Es una tarea para hacerla de a poco. En un Mundial, en el que todos saben la exposición que tienen, el comportamiento es tremendo, es muy bueno. Traerlo a Sudamérica es complicado.

El offside semiautomático es una tecnología de punta, muy cara. En Sudamérica es inalcanzable. No sé si podrá estar en la Champions a partir del próximo año. Es una tecnología increíble en que el chip del balón es muy importante a la hora de advertir cuándo el jugador toca el balón, al momento de habilitar a un jugador que está, o no, en fuera de juego. El software hace todo el trabajo y el VAR solo tiene que decidir. No tiene que estar marcando líneas o buscando el contacto, que genera mucha pérdida de tiempo. Es mucho más fácil, dinámico y certero. Hemos visto fueras de juego por un hombro, que podemos discutir desde el punto del criterio, pero las reglas del juego estaban claras desde antes.

El árbitro, eso sí, no va a desaparecer. Va a ser otro deporte si sacamos al juez de la cancha.