Por Rodrigo Álvarez, presidente de la Asociación de Rugby de Santiago
Septiembre de 2023 será recordado por nuestro deporte como el mes que marcó un precedente en su historia gracias a la participación de su seleccionado nacional en un mundial de rugby. Los Cóndores debutaron en el grupo D con Japón, exhibiendo un nivel de juego aguerrido y con mucha hambre en cada jugada.
Ante Samoa hemos visto algo similar, salvo por algunas indisciplinas que, en un campeonato mundial, te pasan factura. No obstante, debemos estar orgullosos por todo el esfuerzo pregonado por los pupilos del uruguayo Pablo Lemoine. Esos mismos 23 jugadores que hace algunos años brillaban en los torneos de primera división organizados por nuestra Asociación, hoy lo hacen en la elite del rugby, dando cátedra de entrega, compañerismo, valentía y sobre todo amor por la camiseta.
Este último punto es importante. El grueso de este plantel compitió a nivel local, siendo sus esfuerzos y méritos los que hoy los tienen en lo más alto. No es fácil dedicarse al alto rendimiento en este país. Sabemos todo lo que han tenido que sacrificar para estar en Francia.
Estamos expectantes de lo que vendrá, sobre todo tras lo que ocurra en los dos últimos partidos ante Inglaterra y Argentina. Ante los ingleses, creemos que Chile debe salir a competir con el mismo sello que lo caracteriza en lo que puede ser el partido más importante en su historia como seleccionado adulto de rugby. Ese sello aguerrido que hemos visto durante todo este proceso.
Ante Argentina, la intención no cambia. Los Pumas llegarán necesitados de puntos y buscarán ante Chile sellar su paso a segunda ronda. Nuestros Cóndores no tienen nada que perder y mucho que ganar.
En materia deportiva, quizás estamos a punto de dar el salto a gran escala que hemos estado esperando. El momento es ahora y debemos estar todos unidos por el rugby chileno. Esta generación dorada lo agradecerá para siempre.