Por Rodrigo Guendelman, conductor de Santiago Adicto de Radio Duna
Una publicación en la cuenta de Instagram de Santiago Adicto que mostraba la construcción de una excepcional casa en madera en Santiago, con el título “El futuro es en madera”, tuvo la semana pasada cientos de comentarios. Más de setecientos, de hecho, hasta que debió ser archivada a pocas horas de haber sido subida. Una de las razones fue la rabia con la que muchas personas se expresaban contra la obra y su autor, por ser ésta de madera. Fue frustrante ver tanta desinformación respecto de este noble material que sí, efectivamente, hoy tiene las condiciones tecnológicas y de fabricación local para ser el futuro de Chile en materia de desarrollo constructivo.
Pero junto con la impotencia de ver tanto enojo sin razón, surgió la oportunidad: hay que hablar mucho más de madera pues los mitos superan cualquier tipo de conocimiento racional.
Manos a la obra. La entrevista que le hicimos en el programa Santiago Adicto en Radio Duna a Juan José Ugarte, presidente de CORMA (Corporación de la Madera), nos entregó información de primera. A propósito de un edificio que la empresa de Ugarte y Gerardo Armanet, Tallwood, desarrolla en Coyhaique, de doce pisos (algo nunca visto hasta ahora en Latinoamérica), nos enteramos de que el material para desarrollar toda la obra a la vista (salvo la base subterránea de hormigón) se denomina madera contra laminada o madera laminada cruzada. Y que es sustentable, renovable (por cada árbol que se usa se planta otro), que tiene la misma resistencia que el hormigón pero pesa el 30%, que por cada m3 retiras una tonelada de co2 (en cambio que con materiales tradicionales emites 1,8 toneladas de co2), que su montaje es silencioso y mucho más rápido.
Miren el número que nos regaló Juan José Ugarte: “Un edificio de madera de 12 pisos representa 47 minutos de crecimiento del bosque chileno”. ¿Quieren más? “La obra gruesa de ese edificio se debiera levantar en apenas ocho semanas”. ¿Otra? “Las 700 mil viviendas de déficit en Chile representan dos meses de crecimiento del bosque chileno”. Como para tomar en serio este material, que hasta hace poco en Chile era sinónimo de pobreza.
“La madera es un material vivo que absorbe y entrega humedad durante el día, equilibra el ambiente, y eso genera ambientes confortables. La madera genera condiciones térmicas muy favorables porque no pierde energía. Si pones una madera entre el interior y el exterior no se transmite ni el calor ni el frío, es neutra. Una casa de madera puede ahorrar 40% en calefacción en invierno y en el verano, con ventilación cruzada, no necesita aire acondicionado ni ventiladores. En 2050, perfectamente el 50% de los edificios en Chile puede ser en madera”, nos dijo Ugarte.
Pero volvamos al post de Instagram y a los mitos. Veamos los más típicos. Uno: “Las plantaciones forestales consumen una importante cantidad de las aguas lluvias y son la causa principal de la escasez de agua”. Falso, pues las plantaciones forestales no se riegan. La mayoría de las plantaciones se encuentra en las zonas de mayor pluviometría del país y el consumo de agua de lluvia equivale a menos de 5 mm de la precipitación anual, ya que el resto del agua regresa a la atmósfera a través de la fotosíntesis de los árboles.
Dos: “El bosque nativo captura y retiene carbono, mientras que las plantaciones tienen un efecto neutro o negativo por talas e incendios”. Falso. Las plantaciones forestales chilenas capturan alrededor de 3 a 5 veces más carbono que las especies nativas dado su rápido crecimiento, las cuales se reforestan después de cada cosecha. El total de los bosques plantados corresponde a capturadores netos, por ser árboles jóvenes en constante crecimiento. Además, la industria de productos forestales es la única capaz de potenciar las reservas de carbono retenido, ya que este se mantiene en un alto porcentaje en los productos derivados de la madera tras la cosecha de los árboles, y en raíces, suelo y en la hojarasca. ¿Más gráfico, aún? 1 m3 de madera retiene 1 tonelada de CO2, lo que equivale a una vivienda de 60 m2.
Tres: “Las plantaciones forestales sustituyen bosque nativo”. Falso. Un 87% de las plantaciones se estableció en suelos con algún grado de erosión y con aptitud preferentemente forestal, contribuyendo con esto a evitar la desertificación. De hecho, en Chile es ilegal sustituir bosque nativo por plantaciones forestales. Y, además, cerca del 70% de la superficie plantada cuenta con certificaciones de manejo forestal sustentable reconocidas internacionalmente, que exige el compromiso explícito de la no conversión de bosque nativo.
Cuatro: “Las plantaciones forestales son un monocultivo que no aporta a la biodiversidad”. Falso. Las plantaciones forestales no son una masa homogénea, sino que poseen distintas edades y tipos de vegetación, donde sí hay vida silvestre. A eso hay que sumar que suelos degradados y con problemas de erosión reducen la presencia de flora y fauna. Y si allí se establecen plantaciones, se generará un considerable incremento en la biodiversidad del lugar.
Podríamos seguir erradicando mitos, pero falta espacio. Por eso, vaya un último listado de razones adicionales de por qué estoy convencido de que la madera es el futuro: Chile es uno de los 10 mayores productores de madera en el mundo, somos líderes mundiales en plantación de pino radiata, cosechamos cinco veces el volumen de madera que consumimos, la producción forestal proviene de menos de un 3,5% del territorio nacional, más de un 90% de las plantaciones se han establecido en suelos degradados y, finalmente, hay un millón de hectáreas de terrenos degradados con potencial para aumentar la industria forestal.
Y dos cosas más. Las soluciones constructivas basadas en madera presentan un desempeño similar o incluso superior al de otros materiales frente a un movimiento telúrico. ¿Y el fuego? Las propiedades aislantes de la madera la dotan de cierta resistencia al fuego hasta los 250°C (temperatura a la que el acero ya comienza a debilitarse). Si acaso llega a inflamarse, su baja conductividad térmica hace que se queme muy lentamente, formándose en el exterior una capa de carbón que protege la parte interna y conserva sus propiedades estructurales por más tiempo. A eso hay que sumar que el mercado ofrece actualmente una serie de productos retardantes que mejoran significativamente el comportamiento de la madera ante el fuego. Madera, te estamos esperando con los brazos abiertos.