Por Rodrigo Guendelman, conductor de Santiago Adicto de Radio Duna
Es el primer lugar que recomiendo conocer a quien debuta como visitante en Santiago: el Barrio Cívico de nuestra capital. La Moneda, la Plaza de la Constitución, el Centro Cultural La Moneda en el subsuelo, la Plaza de la Ciudadanía y el eje Bulnes, además de esa inmensa bandera chilena en el bandejón central de la Alameda, representan la importancia del Estado, la planificación urbana, la magnificencia del Poder Ejecutivo en un país presidencialista, la buena arquitectura y la visión de ciudad. Desde Karl Brunner, Josué Smith Solar y Carlos Vera Mandujano hasta Cristián Undurraga y Teodoro Fernández, grandes urbanistas y arquitectos han sido responsables de desarrollar un extraordinario espacio en el corazón de Santiago que sólo ha mejorado con los años (basta recordar que pocas décadas atrás era un estacionamiento lo que había en la actual Plaza de la Constitución).
Por eso resulta tan estimulante que haya sido elegido este trozo republicano de Santiago centro para ser la sede de la XXII Bienal de Arquitectura y Urbanismo, que empezó el sábado pasado y termina mañana.
Un evento ciudadano, gratuito, lleno de contenido, con estructuras temporales que son, al mismo tiempo, espacios para jugar, escuchar, aprender, contemplar, admirar, comentar, visitar en familia, fotografiar y sentirse ciudadano. Porque eso es, antes que todo, esta bienal: un evento para la ciudad, para las personas, para quienes se interesan por lo urbano, no así una fiesta dedicada y pensada sólo para los profesionales de la arquitectura.
Es tan certera la elección del lugar que me atrevería a considerar a esta bienal como la que da por inaugurada la recuperación del centro histórico de Santiago. Todo lo que uno ve a lo largo de los metros que separan la estructura roja (que homenajea una obra realizada por la arquitecta Montserrat Palmer para la UNCTAD III de 1972) donde están expuestas las maquetas de los 50 proyectos seleccionados en la Plaza de la Constitución, hasta la estructura inflable de Smiljan Radic y los hermanos Schmidt en el comienzo del eje Bulnes, incluyendo las instalaciones “Sombras blandas” y “Un monumento” en la Plaza de la Ciudadanía, son intervenciones urbanas que embellecen, alegran, sorprenden y, era que no, generan pelambres, alguna que otra polémica y ciertas discusiones. Pero eso es bueno. Porque es hablar de ciudad. ¿Me fascina o me molesta la estructura inflable? ¿Encuentro desubicado que se instale algo que algunos han bautizado como “guatero galáctico” o me alucina que por primera vez se haga una obra de esta envergadura en Santiago, tal como Smiljan Radic ha hecho en otras partes del mundo y que le significaron un número monográfico de la ultra prestigiosa revista A+U, con una estructura inflable en la portada (agosto, 2021)?
Hemos leído de todo en los posteos sobre la bienal que hemos hecho esta semana en la cuenta de Instagram de Santiago Adicto y nos alegra comprobar este “ruido” que se ha generado. Y eso que ni siquiera hemos dedicado una línea hasta ahora a las decenas de exposiciones y presentaciones que se han realizado al interior de la comentada estructura. Ha habido conferencias de lujo a costo cero, invitados internacionales y nacionales de primer nivel con el único requisito de inscribirse para no superar la capacidad del espacio. Un evento cívico en un barrio cívico. Qué maravilla.
Sumemos el espacio físico destinado a homenajear al Premio Nacional de Arquitectura 2022, el inmenso Fernando Pérez Oyarzún (sí, el mismo director del Museo de Bellas Artes), en uno de los extremos de la estructura roja de la Plaza de la Constitución, que a su vez es obra de los mismos organizadores de la Bienal y que se merecen un aplauso de pie: Loreto Lyon (destacada arquitecta y directora del Colegio de Arquitectos) y Cristóbal Molina (director del área de Arquitectura del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio). Te invito a aprovechar lo que queda de bienal. Esta tarde de sábado estará Alejandro Aravena conversando con el alcalde de Iquique y mañana es la conferencia magistral de Fernando Pérez, momento en el que se le entregará formalmente el Premio Nacional de Arquitectura. Insisto. La bienal le hace bien a la ciudad y a la vida cívica.