Columna de Rodrigo Guendelman: Matta Sur
Por Rodrigo Guendelman, conductor de Santiago Adicto de Radio Duna
Para querer una ciudad hay que conocerla. Sólo así uno se siente parte de ella, sólo de esa forma se valora y se cuida el lugar donde uno habita. Caminar por sus barrios, observar con la curiosidad del turista, tomar fotos, contemplar, perderse, vagar por las calles, jugar a bajarse en una estación de metro al azar y hacer recorridos diferentes a las habituales, todo sirve. Desde esa mirada, la de caminar para encariñarse con la ciudad, en este caso Santiago, quisiera proponer un recorrido. Uno que no es tan habitual y que tiene varias novedades culturales, gastronómicas, arquitectónicas y urbanas. Hablo del barrio Matta Sur, es decir, desde Avenida Matta hacia el sur, tomando como punto de partida la estación de metro Matta de la línea 3, en Matta con Santa Rosa.
Primero, antes de internarse hacia el sur, sugiero caminar por el bandejón central de Avenida Matta y admirar sus cuatro fuentes de agua a lo largo de varias cuadras de este paseo peatonal, perfecto para peatones y bicicletas. Son fruto del trabajo de uno de los artistas más importantes de la historia de Chile, el inmenso Samuel Román, junto a su hijo Héctor. “Son juegos. El agua se juega ¡Hay que saber jugarla! Fíjate que la gente cuida sus fuentes gota a gota, ¿sabes qué es? Es cultura”, explicaba el gran escultor.
Luego de este primer recorrido, llega el momento de dirigirse hacia el sur. ¿Primer objetivo? El ex Asilo Hermanitas de los Pobres, que hoy es propiedad de la Municipalidad de Santiago y en donde se acaba de inaugurar el parque “Artesana Alicia Cáceres”. Se trata de un espacio público de 16 mil metros cuadrados, abierto de lunes a domingo, y donde también se encuentra la Biblioteca Interactiva Latinoamericana Infantil Juvenil, un precioso proyecto de la Fundación Palabra que lidera Constanza Mekis. La experiencia incluye quedar boquiabierto con la arquitectura del edificio que cobijaba el ex asilo, obra de Eugenio Joannon, y que data de 1898. Si bien hay temas estructurales pendientes para poder ocuparlo, basta verlo para entender que se trata de un gran patrimonio de Santiago.
¿Hora de almorzar? Si es día de semana, en Cuevas 1384 está el delicioso “Hasta que te encontré”, que ofrece almuerzo hasta las cuatro de la tarde. No sólo es rico. Es también barato y su estética vintage se entiende mejor cuando uno de sus dueños te muestra el espacio que está al lado, un “rental” que es en realidad un pequeño universo de objetos que evocan las décadas pasadas. De hecho, Matta Sur es un barrio de este tipo de espacios, los rentals, que arriendan productos para ambientar películas, series, comerciales y eventos; así como de productoras.
Hay mucha industria cultural en Matta Sur. Y hay mucha cultura en sus muros: sugiero conocer y seguir la cuenta de Instagram @muralesparamatta con el objetivo de hacer una ruta exclusiva para conocer la gran cantidad de arte público que hay en esta zona de Santiago. Obras de Seco Sánchez, Alme, Juana Pérez, María Paz Lama, Ernesto 87 y Vicky Zamora son parte de lo que se encuentra en cortinas metálicas de locales, puertas, cierres perimetrales y paredes.
¿Quieres comer en un restorán más sofisticado y que abre de miércoles a domingo? Entonces tienes que conocer la Pulpería Santa Elvira, en Santa Elvira 441. No muy lejos está uno de los proyectos de restauración, renovación y regeneración urbana más interesantes de Santiago: el Cesfam y Centro Comunitario Matta Sur. Este espacio que es mitad para la salud y mitad para que los vecinos hagan de todo, desde grabar un disco en una sala de sonido hasta clases de yoga en un gimnasio muy bien equipado, ha ganado varios premios nacionales e internacionales por su notable diseño arquitectónico. Además de recuperar un espacio muy querido, el ex Liceo Metropolitano (data de 1891), que quedó inutilizable con el terremoto de 2010, hoy se ha convertido en un lugar de una gran belleza. Aplausos para la oficina de Luis Vidal + Arquitectos y para el Municipio de Santiago por el tremendo ejemplo de que es posible resolver un edificio público no sólo con funcionalidad, sino que con armonía, buen diseño y cariño por la ciudad. Ubicado en Chiloé 1799, hasta ahora ha ganado el PAU (Premio Aporte Urbano) 2021 como Mejor Proyecto de Equipamiento o Edificio de Uso Mixto, el primer lugar del concurso Rethinking The Future Awards 2021, en la categoría Edificio Público Construido; el primer lugar en los Premios Gubbio para América Latina y el Caribe; fue seleccionado por la plataforma Archello como uno de los mejores proyectos de 2021 y ganó el Global Future Design Award en la categoría de uso mixto. ¿Qué tal? Como para ir a dar una vuelta por Matta Sur, ¿cierto?
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