Por Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría
El debate televisivo entre los candidatos presidenciales realizado el 1 de octubre no alteró el “efecto ganador” a favor de Javier Milei, establecido desde las PASO. Tuvo una audiencia muy grande, que llegó a 42 puntos de rating. El canal TN realizó un sondeo entre sus televidentes. En la mañana del lunes 2 habían votado 1.389.124 personas. El 48% dijo que ganó Milei por su desempeño, el 20% Patricia Bullrich, 15% Massa y otro tanto Schiaretti, y la candidata de la izquierda, Myriam Bregman, ganó sólo para el 2%. En cuanto al segundo lugar que permitiría entrar en segunda vuelta si Milei no ganase en la primera, la situación no resulta tan clara. Es que Bullrich obtiene en esta encuesta cinco puntos más que Massa, pero hay otro dirigente de origen justicialista que obtiene otro 15%, y esto juega a favor del candidato de Unión por la Patria.
La docena de encuestas que han sido difundidas desde las PASO dan a Milei en el primer lugar, pero son las mismas que en las primarias lo ubicaban en tercer lugar sin excepción. Esto ratifica una vez más la relatividad que tienen los sondeos como instrumento de pronóstico electoral.
Donde Milei ha obtenido un avance relevante es en el ámbito internacional, y especialmente en Estados Unidos, donde se lo asume como un aliado de Donald Trump, que lleva nueve puntos de ventaja sobre Biden. Los principales medios, tanto estadounidenses como europeos, están publicando notas sobre el “fenómeno Milei”, al cual por lo general cuestionan por su vinculación con la ultraderecha occidental.
En cuanto a su eventual gestión de gobierno, hay quienes perciben en el candidato libertario un cierto giro hacia la moderación. Pero hay que recordar que en política la ideología se cambia por interés, conveniencias o circunstancias, pero no la personalidad. Trump o Bolsonaro -con quien Milei dice asemejarse- fueron más o menos pragmáticos, pero no cambiaron su personalidad, caracterizada por una híper concentración de poder en sus manos.
Mientras tanto Milei avanza, sin ceder en su conflicto con la Iglesia Católica, incluido el Papa, pero al mismo tiempo dando señales de pragmatismo hacia el sindicalismo. En cuanto a Bullrich, de la docena de encuestas mencionadas, en 10 ocupa el tercer lugar y sólo en dos se registra un empate con Sergio Massa. Respecto a él, su función de ministro-candidato es al mismo tiempo su problema, pero su posibilidad de disputarle a Bullrich la entrada a la segunda vuelta.