Columna de Valentina Toro: Una patada al sueño de los juegos olímpicos
Por Valentina Toro, karateca chilena, número tres del mundo.
Fui campeona mundial de karate U21, actual campeona de los Juegos Panamericanos, premiada por la Federación Mundial de Karate (WKF) como la mejor de 2024 y actualmente tres del mundo. Con 24 años considero que estoy en mi mejor momento deportivo. Sin embargo, la exclusión de mi deporte en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha sido un golpe duro para mí y para mi país.
El karate es más que una disciplina deportiva; es un estilo de vida, un arte y una fuente inagotable de aprendizaje y crecimiento personal. La ausencia del karate en los próximos JJ.OO. no disminuye en absoluto el valor ni la importancia de esta disciplina en nuestras vidas. Cada karateca sabe que las verdaderas recompensas de nuestro arte no se miden en medallas, sino en la perseverancia, la disciplina y el respeto que cultivamos en cada entrenamiento.
Es natural sentir una profunda decepción al ver cómo nuestro deporte queda fuera del mayor escaparate deportivo del mundo. Es frustrante pensar que puedo ser una carta a medalla en la gran cita de los cinco anillos, pero tristemente es un logro que solo puede vivir en mis sueños. Sin embargo, debemos recordar que nuestro valor como deportistas no se define únicamente por la participación en unos JJ.OO. Los campeonatos mundiales y continentales siguen siendo escenarios cruciales donde podemos demostrar nuestra excelencia y pasión.
A pesar de no ser una deportista olímpica, estoy orgullosa y feliz por todo el reconocimiento que he recibido. El cariño de parte de los chilenos es inmenso; vibramos todos con el karate juntos. Volvería a elegir mi deporte una y otra vez. Me ha sacado lágrimas de tristeza sin duda, pero millones de alegría también. Me ha entregado amigos, compañeros, grandes entrenadores y también una comunidad que me apoya incondicionalmente.
Ahora toca enfrentar este desafío con la misma determinación y coraje con los que enfrentamos cada combate. Seguiré entrenando con dedicación, apoyándome en todo mi equipo y promoviendo los valores del karate en cada rincón del mundo. Si bien los Juegos Olímpicos eran un sueño, el karate es una realidad diaria que nos fortalece y nos define.