¿Cómo, cuándo y quiénes compran licencias médicas falsas?
Antes de terminar el año, 30 personas fueron imputadas por montar una organización dedicada a emitir permisos fraudulentos. Y así como el Ministerio Público identificó a los altos emisores, también dieron con quienes compran estos documentos falsos y los periodos en que lo hacen. Y las autoridades analizan perseguirlos penalmente.
Ingrid: Su licencia médica ha sido enviada. Favor realizar el pago de manera inmediata con estos datos (envía imagen de datos para pago por transferencia). Quedamos atentos a recibir el pago de manera inmediata de 40 mil pesos
Agente: Oka, la haré ahora. ¡Gracias!!
Ingrid: ¡Muchas gracias por preferirnos! Esperamos servirte nuevamente. Por favor, guarde nuestro contacto para cuando necesite nuevamente una licencia médica. Agradezco nos recomiende con amigos y familiares.
Esa conversación del 22 de noviembre de 2022 fue entre Ingrid Cabarcas, una de las imputadas por venta fraudulenta de licencias médicas, y un agente policial que se hizo pasar por paciente, quien solicitó un permiso por 15 días por estrés laboral, sin diagnóstico ni consulta previa.
El Ministerio Público investiga ese y otros tantos documentos, luego de imputar el pasado 8 de diciembre a 30 personas por montar una organización dedicada a la emisión de licencias médicas fraudulentas. Según datos expuestos en la jornada de formalización en el 14º Juzgado de Garantía de Santiago, el promedio anual de permisos por salud que emite un médico varía entre 105 y 140, pero los siete médicos denunciados llegaban a las 1.600 emisiones en promedio.
Pero para que haya altos emisores, debe haber una contraparte o “cliente”: los llamados altos compradores.
Desde la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) afirman que “según la data que manejamos de aquellas personas que han recibido licencias médicas de altos emisores, un 86% corresponde a cotizantes de Fonasa y el 14% restante lo hace en isapres”. También se destaca que el rango etario de estos altos compradores se concentra entre los 21 y los 40 años de edad.
Otro dato que los caracteriza es el uso de redes sociales y/o aplicaciones de los teléfonos móviles. Esto, porque el primer contacto entre emisor y comprador se realiza por esta vía y su inicio está en la promoción del servicio.
Así, la investigación de la fiscalía se extendió a diferentes redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter y también en diversas páginas web), lo que concluyó en un informe policial. Y según la fiscalía, el resultado es abrumador: se encontraron más de 100 publicaciones donde se promocionaba la venta de licencias médicas por un valor específico, según la cantidad de días de ausencia y el tipo de previsión que tuviese el cliente (Fonasa o isapre). Incluso se contemplaba el sistema de previsión de salud de Carabineros (Dipreca) o las Fuerzas Armadas (Capredena).
Para muestra, un botón: según un anuncio del centro MediChile, los permisos iban desde los $ 30 mil, por 11 días, hasta los $ 65 mil, por un mes.
“Enfermedades mentales”
La búsqueda en redes sociales también arrojó un reclamo presentado por una usuaria de Facebook en contra de Servicios Médicos Dr. Mitite, centro médico ubicado en la comuna de La Florida. A través de esa plataforma, la compradora relataba que “a mí me estafaron con una licencia. Me cobraron 70.000 por 15 días de licencia cuando la de 15 días salía 40.000 y ahora no me quieren devolver el dinero”.
Esa misma usuaria, con los antecedentes entregados por la compin, Fonasa, Medipass y I-Med, presentó cuatro licencias médicas falsas entre octubre y enero de 2022: primero fue por 15 días, luego por 30 y entre las dos siguientes también un mes. Fueron emitidas por Yessica Donado Alvis y Samir Rivaldo Hernández, dos de los profesionales extranjeros que están bajo investigación del Ministerio Público.
Los cuatro documentos tenían como diagnóstico algún trastorno mental y en todas las ocasiones, según extranjería, los profesionales se encontraban fuera del país.
Samir Rivaldo, médico colombiano de 29 años, emitió 16.039 licencias médicas en dos años, ocasionando, según la acusación, un perjuicio fiscal de cinco mil millones de pesos. El 3 enero de 2022 fue el día que más permisos entregó: 197. Si se considera que la jornada es de ocho horas diarias, esa jornada emitió en promedio una licencia cada 2,44 minutos. Y el 90% de ellas eran por trastornos mentales.
Obviamente, antes de emitir los permisos los doctores no realizaban un diagnóstico para chequear si realmente había una patología.
Lo anterior queda claro al revisar otra conversación telefónica entre médico y paciente. Esta vez la doctora consultada fue Sharon Cervantes, también imputada en el caso.
Agente: Hola, estoy un poco aburrido en mi trabajo y estresado. Quiero ver un médico para pedir licencia.
Sharon: ¿Con fecha de inicio de cuándo?
Agente: Ideal de ayer. Puede ser por salud física.
Sharon: ¿Cuántos días desea tomar?
Agente: 11
Después de eso, la asistente coordinó una llamada a modo de “consulta” para la entrega del documento.
Según la fiscalía, “de la conversación se puede apreciar que comienza con el comentario del agente indicando que está aburrido de su trabajo y la imputada le remite el precio de las licencias por causal psiquiátrica, todo ello evidentemente sin ninguna corroboración de la patología que podría presentar. Avanzada la conversación, es el propio agente quien le sugiere a la captadora que la licencia puede ser por salud física”.
Finalmente, la captadora le señaló la paciente que la orden sería por lumbago.
En relación a la consulta, prosigue el Ministerio Público, “esta se materializó por una llamada de WhatsApp, sin video, donde en una conversación de aproximadamente 5 minutos se le otorgó una licencia al funcionario, sin siquiera haber visto al paciente (presencial o virtualmente) ni tampoco palpando la zona afectada en el caso que la enfermedad fuera real”.
La oferta de las licencias falsas no se queda en enfermedades mentales o lumbago. Un trabajador de un centro médico, a través de una conversación, llegó a indicarle una lista de patologías a sus compradores para que eligieran la dolencia: a las anteriores se sumaban ciática, estrés y trastorno del pánico, entre otras.
“De la conversación se puede apreciar claramente que no existió ninguna prestación médica al respecto, esta sólo se materializó a través de una conversación por la aplicación WhatsApp quedando en evidencia la falsedad de la misma; es más, no deja de llamar la atención que incluso existe la posibilidad de escoger el diagnóstico por parte del comprador”, afirma la fiscalía.
Otra peculiaridad que caracteriza a los altos compradores es que suelen comprar licencias en ciertas fechas. Así lo corroboran desde la Compin, donde señalan que los grandes emisores emiten más licencias médicas en vísperas de días festivos y en los meses de enero y febrero.
“Por ejemplo, entre el 16 y el 21 de septiembre de 2022, un médico promedió una emisión de 12,8 licencias por día, mientras que, en los otros días del mes, emitió 9,5 licencias por día”, afirma la Compin.
Ese fue el caso de la doctora Paola Corbacho, para quien el día 15 de julio de 2022 (día previo al feriado religioso de la Virgen del Carmen) fue la jornada en la que más permisos médicos entregó, con un total de 41. Si se considera una jornada de 8 horas, emitió 5,12 licencias en una hora, lo cual entrega un promedio de una licencia cada 11,7 minutos.
Lo mismo ocurrió con la imputada Karen Mejía, quien figura el 2 de mayo de 2022 (día lunes posterior al feriado legal por el Día del Trabajador) otorgando un total de 44 permisos médicos: 5,5 por hora.
Pero, ¿las personas que compran estos permisos también cometen un delito?
De acuerdo a la legislación actual, sí. Las personas que compran licencias médicas falsas eventualmente cometen el delito de obtención fraudulenta de prestaciones del Estado o fraude de subvención, cuyas penas quedan configuradas en el artículo 470 numeral 8 del Código Penal: puede sancionarse con presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de 11 a 15 UTM, es decir, hasta 917.000 pesos chilenos.
Aunque muy rara vez se ha llevado a alguien a la justicia por este tipo de delitos, las autoridades y otros personeros que llevan el caso están evaluando hacerlo, pues tienen identificados a los altos compradores.
Y en el Consejo de Defensa del Estado (CDE) lo tienen claro.
“Es un delito, por lo tanto, si se llega a determinar que esa licencia y ese reposo es falso, ideológicamente falso, y que se consiguió con un fin espurio, naturalmente que esa persona también puede verse afectada por el proceso penal”, dijo el presidente, Juan Antonio Peribonio.
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