Independientes y a favor de que la propuesta de nueva Constitución establezca la creación de un seguro único que garantice el acceso a la salud. Ese rasgo y esa postura definen a María Elisa Quinteros (Movimientos Sociales Constituyentes) y Gaspar Domínguez (Independientes No Neutrales) la nueva presidenta y vicepresidente, respectivamente, de la Convención Constitucional.
Y es que los reemplazantes de Elisa Loncon (Pueblo Mapuche) y Jaime Bassa (Frente Amplio) provienen del mundo de la salud. Quinteros es odontóloga y epidemióloga ambiental, mientras que Domínguez es médico. Ambos fueron elegidos luego de una maratónica jornada que comenzó el martes en la mañana y se prolongó hasta el miércoles en la tarde -con un receso entre las 4 de la mañana hasta las 15 horas- y que dejó varias heridas en la política de alianzas del órgano.
Pero la conformación de la nueva mesa no llegó hasta ahí. La tarde del jueves la Convención definió a cinco de los siete nuevos vicepresidentes adjuntos. Hasta el momento, son: Amaya Álvez (Frente Amplio), Lidia González (Pueblo Yagán), Tomás Laibe (Colectivo Socialista), Natividad Llanquileo (Pueblo Mapuche) y Bárbara Sepúlveda (Partido Comunista). Hasta el cierre de esta edición, los convencionales de derecha y centroderecha y los de la exlista del Pueblo, no habían resuelto quiénes serán sus vicepresidentes asignados. Sin embargo, tras presentar las 24 firmas necesarias, podrían integrarse dos nuevos nombres.
Durante los próximos tres meses, la Convención entrará en su “segundo tiempo”, un periodo donde se abocarán en la discusión de los capítulos y artículos que serán parte de la propuesta de nueva Constitución. Por eso, será clave el trabajo de la nueva mesa para armonizar y conducir la fase que se avecina.
Según explica el abogado y académico de la Universidad Alberto Hurtado, Tomás Jordán, la mesa, y sobre todo la presidencia y la vicepresidencia, desempeñan un rol clave en ordenar y moderar el debate de la Convención. “Eso va a ser central para lo que viene, porque aquí en política el poder burocrático siempre es relevante porque la mesa fija la agenda y los tiempos. Puede habilitar una mayor o menor negociación política”, explicó Jordán.
Debido a lo fundamental que será la mesa durante los próximos meses, un ejercicio útil es examinar cómo piensan los convencionales que la componen. Con este fin, el académico del Centro de Investigación de la Complejidad Social (CICS) de la Universidad del Desarrollo, Jorge Fábrega, analizó cómo han sufragado en 912 votaciones, principalmente las que se realizaron durante la discusión del reglamento.
A partir de su análisis, se extrae que la actual presidenta se inclina más hacia la izquierda que la expresidenta Loncon (Pueblo Mapuche). En tanto, Domínguez (INN) se acerca más al centro político que su antecesor.
En cuanto a la mesa ampliada, el estudio destaca que el vicepresidente adjunto Laibe (CS) es quien más se acerca al centro político, seguido de Domínguez (INN), mientras que en el extremo izquierdo están la presidenta Quinteros (MSC) y Llanquileo (Pueblo Mapuche).
A modo de ejemplo, una de las votaciones más polémicas dentro de la Convención, fue la del quórum de dos tercios. En esa ocasión, Álvez (RD), Domínguez (INN) y Laibe (PS) votaron a favor de mantenerlo para la aprobación de las normas constitucionales. En tanto, González (Pueblo Yagán), Llanquileo (Pueblo Mapuche), Sepúlveda (PC) y la presidenta Quinteros (MSC) votaron en contra de seguir con los dos tercios.
Otro ejemplo es la declaración destinada a “adoptar medidas institucionales y democráticas que permitan hacer justicia y poner fin a las diversas manifestaciones de violencia”. En esta votación, Llanquileo (Pueblo Mapuche) y la presidenta Quinteros (MSC) votaron en contra de ésta, mientras que Sepúlveda (PC), Álvez (RD), Domínguez (INN) y Laibe (PS) aprobaron la declaración. González (Pueblo Yagán), por su parte, se abstuvo.
Pese a que la nueva mesa es liderada por independientes, Fábrega diagnostica que los próximos seis meses de funcionamiento de la Convención también podrían girar en torno a los acuerdos alcanzados entre el Frente Amplio y el Colectivo Socialista. No obstante, agrega: “Es un hecho que el CS y el FA perdieron cuotas de poder. Quienes llegaron a la mesa gozan de mayor autonomía pues no están ahí con sus votos. Eso es bueno para el desarrollo de la Convención, puesto que ahora todos quedaron informados que nadie tiene un control a toda prueba sobre el desarrollo de los acuerdos”, comentó.
Las principales tendencias dentro de la nueva mesa
Durante la inédita campaña de los candidatos a la Convención, La Tercera aplicó una encuesta sobre las principales discusiones constitucionales que podría abordar la Convención. Esas respuestas se utilizaron para realizar la herramienta interactiva “Match Constituyente”, que permitió a los lectores ver con qué candidatos tenían más afinidad ideológica. A través de estas respuestas, es posible establecer algunas tendencias dentro de la mesa.
De hecho, la creación de un seguro único de salud -reconocido por la Constitución- fue una de las posturas de la nueva presidenta y vicepresidente que respondieron para esa encuesta.
Si bien los siete convencionales electos de le nueva mesa respondieron la consulta, sus preferencias con respecto a distintas materias fueron enviadas antes de recibir audiencias públicas, desarrollar instancias de participación popular y de iniciar el proceso deliberativo de las normas por lo que, como gran parte de los convencionales ha manifestado durante las sesiones, son posturas preliminares y que han cambiado o podrían cambiar.
Uno de los temas más debatidos, desde incluso antes del inicio del trabajo de la Convención, ha sido si se debe continuar o no con el actual sistema presidencialista. En este sentido, cinco de los actuales siete integrantes se mostraron a favor de mantener en lo básico el régimen presidencial pero otorgándole más atribuciones y facultades de nombramientos al Congreso, a objeto de avanzar hacia un presidencialismo atenuado. En tanto, la actual presidenta y Álvez (FA) manifestaron que son partidarias de instaurar un sistema semipresidencial.
En cuanto a la estructura del Congreso, Sepúlveda (PC), Álvez (FA) Laibe (PS) y Llanquileo (Pueblo Mapuche) coincidieron con la opción de un Congreso unicameral. Por otro lado, Quinteros (CSC), Domínguez (INN) y González (Pueblo Yagán) estuvieron de acuerdo con que se mantenga el bicameralismo actual pero dejando una de ellas para la representación territorial y otra para la representación política, algo que se ha denominado como bicameralismo asimétrico.
Frente al futuro del Tribunal Constitucional, Domínguez (INN), Sepúlveda (PC) y Llanquileo (Pueblo Mapuche) estuvieron de acuerdo con eliminar el Tribunal Constitucional (TC) y crear un nuevo órgano. Sobre este mismo tema, la presidenta Quinteros (MSC) y los vicepresidentes Álvez (FA) y Laibe (CS) coincidieron en “eliminar el control de los proyectos de ley durante su tramitación en el Congreso y reformar el sistema de nombramiento de los ministros integrantes del TC”.
En relación al futuro del actual Estado unitario, cuatro de los siete convencionales de la mesa -Quinteros (MSC), Álvez (FA), Llanquileo (Pueblo Mapuche) y González (Pueblo Yagán)- coincidieron en que se debe reformar el Estado unitario actual y pasar a un estado federal o regional donde hay un alto grado de autonomía de los gobiernos regionales y locales. En tanto, Domínguez (INN), Sepúlveda (PC) y Laibe (PS) afirmaron que “se debe mantener el Estado unitario actual pero dándole más atribuciones a las autoridades regionales”.
Asimismo, todos los convencionales estuvieron de acuerdo con que la nueva Constitución debiese “incorporar mecanismos de democracia directa que complementen la representación como por ejemplo la iniciativa popular de ley y plebiscitos”. También existe consenso en relación al uso del agua, pues los siete sostienen que lo incluirían “en la Constitución considerando el acceso, protección y distribución del recurso hídrico como un derecho fundamental, un bien nacional de uso público”.