Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico
El mismo lugar donde por las noches funciona el restaurante Olam, del chef Sergio Barroso, desde hace algunas semanas a la hora de almuerzo (de lunes a viernes) se transforma en un tranquilo bistró donde se ofrecen alrededor de una decena de platos entre risottos, calugas de pescado, cremas de verduras y tomates rellenos. Todos con el sello de este cocinero español, es decir, con productos de excelente calidad y cocinados y presentados con una depurada técnica.
Por todo lo anterior fue que hace unos días llegué a almorzar a este comedor ubicado en el segundo piso del hotel El Director, en calle Carmencita. Y hay que decirlo, con luz natural el lugar luce algo deslavado e incluso algunos detalles en mesas y paredes se hacen mucho más evidentes que cuando se va de noche a comer a Olam. Pero bueno, tras revisar la carta se me sugirió probar el menú ejecutivo del día ($16.00), que consistía en un estofado de vacuno con papas y verduras asadas más un postre de mousse de frutillas con brownies de chocolate. Para beber, agua o una copa de vino. Me pareció una buena forma de probar la mano del chef, sobre todo pensando en que en algunos lugares el plato del día no suele estar al mismo nivel que la carta.
Primero llegó mi copa de Pinot Noir Arboleda y tan solo unos minutos después el estofado. Se trataba de una buena cantidad de cubos de carne, acompañados también por champiñones, finas tiras de tocino y algunas cebollas perla grilladas. Todo esto bañado por una especie de Demi-Glace y a un lado algunas papas asadas, presentadas partidas a la mitad y con cáscara, aliñadas solo con sal y -todo el plato- terminado con un poco de perejil finamente picado por encima. ¿La verdad? Ha sido uno de los mejores platos que he comido en el último tiempo, no le sobraba ni le faltaba nada. La carne sabrosa y muy suave, bien complementada con los champiñones, el tocino y las cebollas. La salsa que levantaba todo ese conjunto y las papas que -a falta de pan- ayudaban a dejar el plato reluciente. Un verdadero placer. Hay oficio y preocupación detrás de esta preparación.
Luego vino el postre y -a pesar que la vara había quedado alta- lo cierto es que siguió el deleite. Un mousse de frutilla suave y esponjoso coronado por unos pequeños cubos de brownies de buen chocolate, con un leve amargor, que combinaban a la perfección. Da gusto encontrarse en estos tiempos que corren con propuestas que no castigan el bolsillo pero que tampoco renuncian a cocinar en el nivel que se le conoce a su chef. No queda más que volver pronto a conocer el resto de la carta.
CONSUMO TOTAL: $16.000
DIRECCIÓN: Carmencita 45, segundo piso, Las Condes.
HORARIO: Lunes a viernes 13 a 16 hrs.
ESTACIONAMIENTO: No tiene.
PÚBLICO: Todo público.
EVALUACIÓN: ✮✮✮✮
Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver