Álvaro Peralta Sáinz
Cronista gastronómico.

Crítica gastronómica de Don Tinto: Da Renzo, pasta criolla

19 may 2023 08:52 PM

Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.

Alguna vez me contaron la historia del abogado Raúl Riesco, quien durante muchos años almorzó de forma casi religiosa de lunes a viernes en el restaurante Da Renzo de Providencia. La verdad es que al visitar este negocio especializado en pastas un jueves, en pleno horario de almuerzo, uno se da cuenta que no deben ser pocos los que aún siguen los hábitos del abogado Riesco. Esto, porque además de estar repleto, son muchos los parroquianos que se saludan afectuosamente con el personal de Da Renzo e incluso con otros comensales.

Dicho todo lo anterior, es más o menos obvio que en mi visita a Da Renzo tuve que esperar unos 15 minutos hasta que se me asignó una pequeña mesa justo al lado de la zona de despacho de los platos. Revisé la carta con el teléfono y decidí partir con un Antipasto Chico ($6.300) más un agua sin gas ($1.850) y medio Vino de la Casa ($3.400). Los líquidos llegaron rápidamente más mantequilla, queso rallado y una pequeña hallulla. Luego vino el antipasto que llevaba palta, lengua, un muy rico jamón cocido, un fondo de alcachofa, champiñones en conserva, ensalada rusa, un trocito de torta pascualina más algo de quesillo y un poco de tomate. Obviamente, con un buen chorro de aceite de oliva por encima. Salvo el quesillo y el tomate, todo muy sabroso.

Para seguir pedí los Ñoquis con Salsa Boloñesa ($6.500), que aunque demoraron un poquito finalmente llegaron y en un plato con baranda. La verdad, ojalá se hubiesen demorado menos, porque si salían del agua antes los ñoquis -grandes y suaves- habrían estado mucho mejor. Aún así, se podían comer y mucho más junto a la exquisita salsa boloñesa, bien trabajada, con muchas verduras, carne molida y hasta algún trocito de embutido que pudimos ver por ahí. El sabor me recordó a los platos de pasta que comíamos en los 80 en nuestras casas, con mucha pero mucha salsa y con ollas que pasaban demasiado rato con la tapa zapateando por el hervor. En resumen, un plato que sin duda podría estar mejor, pero que por otro lado nuestra memoria gustativa agradece. ¿Y el vino? Entre los ñoquis con salsa, el antipasto y el pan simplemente pasaba; como buen vino de la casa.

Así como los argentinos tienen su propia forma de interpretar las pastas italianas, yo diría que -para bien o para mal- nosotros también la tenemos y Da Renzo es un ejemplo de aquello. Además, en tiempos de precios desatados y bolsillos -como decían Pesce y Sapag en la radio- “despejados”, la verdad es que da gusto poder comer bien, contundente y por poca plata en un restaurante.

CONSUMO TOTAL: $18.050