Crítica gastronómica de Don Tinto: El Pollo Caballo, un paseo por el pasado
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Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.
Caminar por el sector de Avenida Matta y sus calles aledañas una tarde de semana en pleno febrero puede ser lo más parecido a recorrer cualquier ciudad de provincia a la hora de la siesta. Pocos vehículos circulando por las principales avenidas, menos gente aún caminando por las anchas veredas existentes y en este caso muchos pequeños comercios -de esos que ya casi no se encuentran en otras zonas de Santiago- cerrados y luciendo improvisados carteles de papel que anuncian haberse tomado algunos días de vacaciones. Más a la antigua, imposible. Así, en medio de todo esto, encontrarse con el histórico local de El Pollo Caballo en la esquina de Matta con Cuevas, y funcionando, resulta casi una epifanía.
Obviamente entré a este restaurante y me ubiqué en el amplio salón, semivacío a esa hora, y aproveché de comer algo. Y claro, un local como El Pollo Caballo no es un sitio para pedir cosas raras ni para improvisar, así que me fui a la segura. Pedí un cuarto de pollo asado ($6.790) con papas fritas ($5.490) y una ensalada de tomate y palta ($6.250). ¿Para tomar? Una Royal Guard ($4.050) que llegó rápidamente junto a algo de pan. Luego vino todo lo demás.
El pollo era pechuga con ala y venía tal como lo recordaba de jornadas pasadas. Es decir, un exterior más bien oscuro y con el cuero del pollo crocante, pero con un interior aún jugoso y suave. Aliñado sólo con sal y la magia del spiedo que aprovecha las bondades del carbón y de los jugos de cocción que se comparten entre los pollos que dan vueltas, estaba muy bueno. Las papas podrían haber sido algo mejores, pero cumplían. Era, al final, un plato contundente y cumplidor. ¿La ensalada? Una postal del verano que afortunadamente aún estamos viviendo. O sea, tomate de los buenos, bastante maduro y una palta en su punto. También era contundente la ensalada, hay que decirlo.
En resumen, un buen almuerzo tardío. Aunque resulta algo extraño comer en un lugar grande con tan poca gente. Más si uno recuerda ese comedor repleto en tantas ocasiones anteriores, sobre todo cuando se iba o venía del Estadio Nacional. Aún así, me cuentan que a partir de marzo la cosa mejora, sobe todo a la hora de almuerzo. De noche no, porque este local cierra sus puertas a las siete de la tarde. Demasiado temprano, tal como sucede con tantos otros boliches hoy por hoy en Santiago.
CONSUMO TOTAL: $22.580
DIRECCIÓN: Avenida Matta 379, teléfono 222229771 Santiago.
HORARIO: Lunes a sábado 10:30 a 19 hrs. Domingo 10:30 a 18.
ESTACIONAMIENTO: No tiene.
PÚBLICO: Todo público.
CALIFICACIÓN: ✮✮✮
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