Álvaro Peralta Sáinz
Cronista gastronómico.

Crítica gastronómica de Don Tinto: Flama, juventud para todos

29 mar 2025 06:00 AM

Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.

Se sabe que los domingos por la noche Santiago parece un páramo a la hora de buscar un lugar donde comer. Sin embargo, varias veces me ha tocado pasar por fuera de este Pizza Bar -como se hace llamar- al final de la semana y siempre está con mucha gente. Por lo mismo, uno de estos domingos aún cálidos nos dejamos caer en familia en el lugar a eso de las nueve de la noche.

Como era de esperar, cuando llegamos a Flama el local estaba repleto, pero tras ver cuántos éramos rápidamente nos consiguieron una mesa que se desocupó. Instalados en su terraza (el local no tiene mesas interiores salvo algunos puestos en la barra) nos pusimos a revisar la carta e inmediatamente llegó el mesero a tomar la orden, así que pedimos.

Decidimos compartir una Pepperoni Papi ($9.900) y una Putanesca Flama ($10.900). Para beber ordenamos dos bebidas ($2.500 cada una) y -por recomendación del mesero- un Pisco Sour Maracuyá ($6.500). Los líquidos llegaron inmediatamente y a la espera de las pizzas aproveché de probar el sour de mi compañera de mesa y debo decir que estaba bastante bueno. En estilo frozen, bien cabezón y algo dulce para mi gusto, pero aún así calificaba bien. Además, se trataba de una porción generosa, en vaso grandote. Más tarde, al llegar la cuenta, me enteraría que era de la marca La Pizka. Igual sería bueno saber esas cosas al momento de ordenar.

Más allá de eso, luego vino el turno de las pizzas. La de pepperoni venía con salsa de tomate, queso mozzarella y bastante pepperoni más algunos aliños. De masa suave y delgada pero resistente, lo cierto es que estaba muy buena. De hecho, según mi hijo -que sabe muchos de esas pizzas- es de las buenas que ha probado en el último tiempo. ¿Y la Putanesca? Con la misma buena masa, llevaba salsa de tomate, una buena cantidad de anchoas y aceitunas, además de alcaparras y un aliño en base a ajo y merquén más un toque de aceite de oliva. Excelente combinación. Mucho sabor y sobre todo mucha potencia gracias al mix de ingredientes. Un apunte más sobre la masa, tan suave, que nadie dejó borde alguno en su plato. Cosa que no siempre sucede en mi familia.

Además de las buenas pizzas vale la pena destacar la muy diligente atención que tuvimos en Flama y lo relajado del local, que funciona muy bien con esta mezcla de pizzería y bar que, ojo, no solo atrae a jóvenes muy diversos, sino que también a familias con niños pequeños, adultos solitarios y hasta grupos de mujeres de la tercera edad. Todos comiendo y bebiendo rico. Y bien atendidos. Así da gusto terminar la semana.

CONSUMO TOTAL: $32.300