Crítica gastronómica de Don Tinto: Le Bistrot, como debe ser
Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico
El término francés bistrot hace referencia a un pequeño lugar donde se tiene una carta acotada de platillos además de bebidas alcohólicas, café y quesos. Todo esto, a precios económicos o -al menos- asequibles para un gran público. Detalles más, detalles menos, el restaurante Le Bistrot de Providencia se acerca bastante a este concepto de restaurante galo. Aunque claro, sus dependencias son cada día más grandes (algo así como el triple del boliche original), su carta es bastante amplia -con una gran selección de vinos por botella y copa- y sus precios, sin ser una locura de altos, no vamos a decir que son para que coma ahí todo el mundo diariamente. Aún así, es un lugar muy concurrido que por lo mismo valía la pena volver a visitar.
Tras pedir un agua sin gas ($1.800) y preguntar si tenían todo lo que aparece en la carta -lo tenían- me dispuse a ordenar un clásico de este local: conejo a la mostaza ($10.900), esta vez, acompañado de verduras salteadas ($3.200) más una copa del vino del mes del local, un muy rico Salvaje syrah roussanne de Emiliana ($3.000). Para la espera llegó una panera con rebanadas de un pan rústico tibio y sabroso más mantequilla y un paté casero francamente irresistible. Pronto arribó el plato principal. Contundente y bonito. Dos trozos generosos de conejo, de carne muy tierna y bien condimentada. Variedad de verduras salteadas al dente (cebolla blanca y morada, brócoli, coliflor, zanahoria, champiñones, pimientos rojos y verdes) y una salsa en la que se notaba no se escatimó en buena mostaza al prepararla. En resumen, el plato cumplía con todo lo que uno puede esperar de un conejo a la mostaza con verduras salteadas cuando lo lee en la carta, lo pide y luego llega a la mesa. Es decir, una contundente mezcla de sabores y texturas prácticamente perfecta que en este caso me dejó casi fuera de combate. Bueno, por algo es un bistrot y no un restaurante de mantel largo. Otra vez, se cumple lo prometido.
La verdad es que los postres de la carta eran más que sugerentes, pero pedir uno habría sido un exceso, por lo que me limité a un espresso ($1.700) y la cuenta. Al final, una experiencia perfecta que de paso confirma que este patio interior de Nueva de Lyon -que alberga a varios restaurantes y que podría haber terminado convertido en cualquier cosa- es uno de los espacios gastronómicos más potentes de Santiago. Lamentablemente, no hay aquí ningún boliche trabajando cocina nacional, algo que sin suda lo haría aún más interesante.
CONSUMO TOTAL
$ 20.600
DIRECCIÓN
Santa Magdalena 80, local 7 teléfono 222321054, Providencia.
HORARIO
Martes a sábado 12:30 a 23:00. Domingo 12:30 a 16:00.
ESTACIONAMIENTO
En la calle.
PÚBLICO
Apto para todas las edades.
EVALUACIÓN
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Calificaciones:
✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver