El viernes de la semana pasada, cuando los 10 presidentes de los partidos del oficialismo estaban sentados en el palacio presidencial de Cerro Castillo, un tema fue parte de la conversación que lideró el Presidente Gabriel Boric y el comité político: cuál será el legado de su administración una vez que deje el cargo en marzo de 2026.
El asunto, según reconocen en el oficialismo, se transformó en una nueva inquietud presidencial, pero también en una preocupación de todo el sector.
En esa cita, el Mandatario también reforzó la unidad de la alianza de gobierno. Dirigentes de partidos y ministros del gabinete aseguran que, en las últimas conversaciones que ha tenido con las directivas de las colectividades, Boric ha sido insistente en que quiere que su gestión termine con el sector unido en una sola gran alianza.
Ese mensaje, por ejemplo, lo transmitió durante las citas que sostuvo con el Partido Socialista, Partido Comunista y Convergencia Social. Para el Presidente, dicen en el oficialismo, eso sería uno de sus “legados políticos”.
Según quienes han conversado con Boric, sostienen que entre los ejemplos que pone para argumentar su apuesta están el Frente Popular (1936) y La Concertación -alianza que fue duramente criticada por Boric en el pasado.
“Derecha y Concertación, la misma cuestión. ¡A crear nuevas alternativas!”, escribió en su cuenta de Twitter (ahora X) el 25 de abril de 2013. Mientras que el 31 de agosto de 2017 criticó un ajuste ministerial de la expresidenta Michelle Bachelet diciendo que puso a la “esencia de la Concertación”. La exmandataria hoy paradójicamente está jugando un rol articulador para fomentar la unidad en las fuerzas oficialistas.
Sin ir más lejos, este jueves Bachelet se reunió con el presidente de Comunes, Marco Velarde, con quien abordó las intenciones del Mandatario de fomentar la unidad.
Lo mismo transmitió Boric en la fiesta de los abrazos del Partido Comunista el sábado pasado, cuando se refirió al triunfo del “En contra” en el plebiscito del 17 de diciembre, en el que los partidos oficialistas -de la DC al PC- hicieron campaña en conjunto. “Logramos un importante resultado, después de dos importantes derrotas de los sectores progresistas que deben dejarnos como elección uno: que la unidad de las fuerzas políticas progresistas es condición necesaria para poder seguir avanzando”, aseguró el Mandatario.
Boric a su entorno más cercano también le ha mencionado casos de coaliciones que considera exitosos en la política internacional, como España y Portugal, países en que partidos de convicciones muy diferentes se unieron para enfrentar elecciones y mantenerse en el poder. La gran preocupación del Mandatario es que el progresismo se una para frenar el avance de la ultraderecha.
En el encuentro también se habló del “legado material”. Y, dentro de esa categoría, se pusieron como meta sacar adelante la reforma previsional, en un escenario en que ya se encuentran en la mitad de la administración y, según recalcan, es necesario mostrar avances concretos.
Por eso, dicen las mismas fuentes, fue tan importante el acuerdo al que llegaron con las fuerzas no alineadas del Congreso para presionar a la derecha en pensiones. De hecho, el mismo Boric se involucró directamente en ese diseño y emplazó a la derecha a aprobar la iniciativa.
“El foco principal es mejorar la vida a las chilenas y chilenos, por eso lo relevante que la oposición también se haga parte de mejorar las pensiones con la urgencia que se requiere. Así también, el proyectar una alianza de gobierno que busque justicia social y mejor vivir que trascienda este gobierno y continúe avanzando en los cambios que Chile necesita”, dice Diego Vela, presidente de RD.
Su par del Partido Radical, Leonardo Cubillos, coincide: “El Presidente hizo un llamado a la gestión y concentrarse con unidad en las metas 2024 y lo que resta de la mitad de su gobierno. Algunos partidos de la alianza apuntaron más al legado, señalando que la unidad constituirá uno de los principales legados del gobierno y de proyección de los logros que se están obteniendo”.
Los presidentes y secretarios generales de las tiendas oficialistas también hablaron largamente sobre legado en la reunión del jueves de la semana pasada en la casa del diputado Tomás Hirsch, presidente de Acción Humanista. Ahí el secretario general del PS, Camilo Escalona, y el senador y presidente del PPD, Jaime Quintana, fueron, según presentes, los más enfáticos en que el gobierno tiene que dejar legados concretos y que para eso hay que mejorar la gestión.
Con ese objetivo en el gobierno han estado informando de varios ajustes a nivel de Seremis en las regiones para poner foco en la ejecución, mientras que a los equipos del Segundo Piso se les ha pedido poner énfasis en el seguimiento de compromisos presidenciales, tarea que lidera Leonardo Moreno.
Durante el cónclave en Cerro Castillo se recalcó que el gobierno está en mitad de periodo de gobierno y que es necesario mostrar cosas concretas. Es más, la ministra del Interior, Carolina Tohá, hizo una presentación de cuál es el escenario actual del gobierno y lo que han hecho hasta ahora, mientras que Vallejo abordó los desafíos para el 2024.
En el Frente Amplio también se ha abordad la necesidad de tener legados materiales y no materiales, con énfasis en la reforma previsional y en el Nuevo Pacto Fiscal. Eso sí, también se ha reforzado que deben avanzar en aquellas demandas que son más identitarias de la coalición del Presidente, como la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE), para lo que el gobierno prepara una propuesta durante este semestre, y el Sistema Nacional de Cuidados, que encabeza la ministra de Desarrollo Social, Javiera Toro (Comunes).