“La prescindencia significa neutralidad, que esto tiene que ser transparente y objetivo”. Las palabras del contralor Jorge Bermúdez tras la reunión con el Presidente Gabriel Boric el jueves vinieron a delimitar -de facto, y posteriormente con un instructivo- el campo de acción del gobierno frente al plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre, donde se definirá si se aprueba o se rechaza la nueva Carta Magna propuesta por la Convención Constitucional.
Quienes conocieron el tono de la conversación entre Bermúdez y el Presidente señalan que ambos coincidieron en que algunas acciones podían estar “al límite”. Aunque en la cita no se habló de casos en particular, quedó claro, por ejemplo, que la transmisión que hizo la vocera Camila Vallejo con el jefe de la Segpres, Giorgio Jackson, comentando los avances de la Convención, quedó en una zona gris.
La advertencia de Bermúdez no fue porque sí: tanto Vallejo como la titular de Interior, Izkia Siches, e incluso el mismo Mandatario han enfatizado que no son neutrales frente al plebiscito.
Hasta el jueves, el gobierno -que de forma manifiesta respalda una nueva Constitución- planeaba su despliegue de forma intuitiva. El marco era salir a comunicar el proceso “dentro de lo permitido por la ley”, pero se entendía que la cancha era más amplia.
Ahora, con un pronunciamiento administrativo desde la Contraloría, desde el Ejecutivo reconocen que tendrán que ser más “cautelosos”, pues estarán en permanente observación, principalmente de parte de la oposición.
El próximo lunes al mediodía, de hecho, los jefes de bancadas de Chile Vamos y del Partido Republicano también se reunirán con el contralor y uno de los temas a plantear será el ya famoso video de Vallejo y Jackson respaldando aspectos del borrador de la nueva Constitución.
El nuevo escenario trazado por la Contraloría ha obligado al gobierno a revaluar acciones, principalmente para determinar bajo qué condiciones una autoridad de este gobierno puede emitir su postura política.
Una estricta imparcialidad
En el gobierno aseguran que un punto que está claro es que no se puede respaldar ninguna de las opciones del plebiscito con recursos del Estado. Las “campañas” del Ejecutivo solo pueden informar del proceso sin ninguna subjetividad. Por ejemplo, cuando se inicie el período legal de campaña el gobierno puede difundir cómo será la cédula electoral y qué implica optar por una opción u otra y qué curso sigue el Ejecutivo si, eventualmente, la nueva Constitución es aprobada.
Pero en el “limbo administrativo” quedan varias dudas. Por ejemplo, las opiniones políticas personales de las autoridades. ¿Cuándo y cómo emitirlas? ¿Se puede participar en una actividad partidaria -para quienes son militantes- por el Apruebo?
El instructivo define que toda manifestación o ejecución de actividades durante la jornada de trabajo es una falta a la probidad administrativa. De ello se desprende que cualquier acción debe ser fuera del horario laboral.
Sin embargo, si algún ministro o el mismo Presidente definen pronunciarse públicamente por alguna de las opciones -en una entrevista, por ejemplo- tendrá que ser evaluado en su mérito si es que se trata de un llamado explícito a sufragar por determinada opción. Si lo hizo desde una oficina gubernamental o en su domicilio, antes o después de iniciar su jornada, entre otros factores.
¿Cuándo desplegarse?
Fuera del gobierno y entre los partidos oficialistas -independiente de si pertenecen al bloque de Apruebo Dignidad o al Socialismo Democrático- la premisa es clara: las fuerzas progresistas estarán a favor del Apruebo en el plebiscito de salida del 4 de septiembre. En las dos coaliciones que respaldan a Boric recalcan el punto anterior, aunque hay matices, porque en el Socialismo Democrático no todos están dispuestos a apoyar cualquier texto que se proponga. Uno de esos es el senador Fidel Espinoza (PS), quien dijo a un medio regional: “Yo hoy no estoy por aprobar”.
El timonel del Partido Liberal, Patricio Morales, remarcó hace algunos días en La Tercera que “no me cabe ninguna duda de que todo el progresismo va a estar con el Apruebo, tanto el Socialismo Democrático como Apruebo Dignidad”.
En las tiendas oficialistas debaten cuándo es el momento adecuado para posicionarse y, derechamente, iniciar una “campaña” por la opción favorable a la nueva Carta Magna aún en redacción. Es este último aspecto el que frena a las colectividades del Socialismo Democrático como el Partido Socialista (PS) o el Partido por la Democracia (PPD).
Su timonel (S), Andrés Santander, apunta a no apresurarse en los tiempos, menos cuando aún la redacción no está finalizada.
Dentro del PS plantean una inquietud estratégica. Advierten que anunciar un respaldo anticipado a la opción Apruebo puede ser contraproducente para el trabajo de los convencionales que, según los PS, no tendrían incentivo para llegar a acuerdos y mejorar el texto en la recta final del proceso constitucional.
“Entre los socialistas no hay ninguna duda: hemos luchado por más de 40 años para terminar con la Constitución de la dictadura. Otra cosa distinta es que tenemos la convicción de que el texto puede seguir siendo mejorado, para que sea aprobado por una amplia mayoría en septiembre”, puntualiza Santander.
En otras palabras, el presidente de la colectividad asegura que “la campaña partirá cuando tengamos el texto final. Los tiempos están normados por la ley electoral”.
En la misma línea, la líder del PPD, Natalia Piergentili, enfatiza que “nuestro consejo general aprobó como voto político que, sin perjuicio de que el PPD es parte de una mirada democrática que está por este trabajo constituyente, se va a pronunciar y va a dar una discusión política luego de que esté el texto definitivo”.
Pese a ello, algunos militantes ligados al mundo de la ex Concertación -entre ellos Víctor Barrueto, Francisco Vidal, Osvaldo Andrade, Adriana Delpiano y otros- ya han iniciado los movimientos para llamar a votar Apruebo en una carta publicada el pasado miércoles.
Y dentro del PS, la senadora Isabel Allende hizo réplica de los dichos del senador Espinoza y enfatizó que “ningún socialista debe estar por el Rechazo”.
El escenario en Apruebo Dignidad es distinto. A inicios de abril, Revolución Democrática (RD) convocó a los partidos oficialistas a una primera reunión para diseñar la estrategia de cara a la campaña del Apruebo. Sin embargo, el Socialismo Democrático se restó de la instancia por ser apresurado.
Las aprensiones de sus socios en el gobierno no han mermado las acciones de los partidos que ya se alistan para desplegarse a favor de dicha opción desde la próxima semana.
Diego Díaz, coordinador de RD para el proceso constituyente revela que la “campaña informativa” -pues aún no es legal realizar campaña por una u otra opción- la iniciarán la semana entrante.
“Vamos a levantar un comando para informar sobre el proceso constituyente. Hasta que empiece la campaña esa es nuestra tarea. No se puede llamar a votar Apruebo todavía, pero lo que hicimos con Apruebo Dignidad es definir la fecha en que vamos a salir a las calles yeso va a ser el 7 de mayo”, detalla.
Pese a que la DC no es parte del oficialismo, hace unos días, el consejo nacional de la colectividad entregó su respaldo a la labor del órgano constituyente. Una vez que se emane el borrador final, afirman fuentes del partido, se entregará una postura probablemente por el Apruebo. Sin embargo, no descartan que existan sectores del partido por el Rechazo.
La senadora Ximena Rincón apunta a que “todavía no hay postura hasta que se redacte el texto final”. Sin embargo, dentro de la colectividad aseguran que Rincón y otros aliados -como el convencional Fuad Chahin- están más cerca del Rechazo que del Apruebo.
“Si hay algo que no está generando certezas es la Convención (...) Más que decepcionada sobre el trabajo de la Convención, estoy con muchas interrogantes”, enfatizó la senadora hace algunos días en T13.
Es por ello que en los sectores más proclives a la presidencia de la falange miran con atención un encuentro que tendrá este fin de semana Rincón con “camaradas” de La Araucanía.
El senador Matías Walker, en tanto, afirma que “no vamos bien encaminados hasta el momento, pero aún es tiempo de enderezar el rumbo y proponer un texto mucho más convocante”.