Este lunes Cuba espera una de las más grandes manifestaciones que se han realizado en el último tiempo: la “Marcha cívica por el cambio”, organizada desde hace meses por el colectivo Archipiélago, y que, entre otras cosas, pide reformas democráticas en la isla caribeña.

La convocatoria se realizó en septiembre, luego de que el dramaturgo Yunior García Aguilera solicitara un permiso para realizar una marcha pacífica en noviembre. La fecha, en ese entonces, era el 20 de noviembre, pero como respuesta el gobierno anunció la realización de ejercicios militares para ese día en todo el territorio.

Luego de correr la fecha cinco días, el régimen cubano finalmente dio una respuesta oficial a la solicitud de García: un sencillo no, que los promotores de la manifestación decidieron saltar de todas formas. Por lo mismo, entre oposición y gobierno la tensión crece en la isla, teniendo al mundo atento a lo que ocurra este día 15.

El Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

Secuela de julio

La idea de marchar pacíficamente surgió luego de las protestas que se realizaron el 11 de julio, en las cuales miles de cubanos salieron a protestar en contra de la escasez de alimentos y medicinas, además de la seria crisis económica que está pasando el país. Si las protestas de entonces se dieron espontáneamente, su secuela de este lunes sí que tendrá planificación: el colectivo Archipiélago, un grupo en Facebook que hasta hoy tiene más de 30 mil miembros. A pesar de que la manifestación fue proscrita, la agrupación afirma que “intentará minimizar los riesgos de violencia”.

La agrupación, liderada por el dramaturgo Yunior García Aguilera, tiene entre sus principales objetivos la liberación de todos los presos políticos y “la solución de las diferencias entre los cubanos a través de vías democráticas y pacíficas”. Muchos de sus dirigentes dicen enfrentarse constantemente al acoso de los agentes de seguridad estatales, y hay quienes han recibido amenazas de funcionarios del gobierno.

Henry Constantin, periodista y director del diario La Hora de Cuba, se refirió en entrevista con La Tercera a las dificultades que han tenido que pasar los organizadores de la manifestación: “Se les ha hecho más común a los que promotores que están en Cuba los cortes de las comunicaciones, por uno, dos, tres días, que se les corte el internet. Hay citaciones policiales, más que nada para recibir amenazas generalmente relacionadas con su familia, con su trabajo, con lo privado. Saily (González Velásquez), que es de Villa Clara, tuvo que cerrar su negocio privado y enfrenta investigación e índole económica”, detalló.

La gente grita consignas contra el gobierno durante una protesta contra y en apoyo al gobierno, en medio del brote de la enfermedad del coronavirus, en La Habana.

Por esto mismo, el activista Yunior García Aguilera emitió este viernes un comunicado en el que anunció que, debido a las presiones del gobierno, él marchará en solitario este domingo por La Habana, en representación de todos aquellos a quienes se les ha “privado el derecho a manifestarse”. Empero, animó a los ciudadanos que aún quisieran salir a las calles el 15-N a “evitar cualquier tipo de enfrentamiento violento”, con el fin de no poner en riesgo la integridad física de los participantes en la jornada.

A causa de la pandemia, el país está enfrentando una de sus peores crisis económicas en 30 años, cayendo el PIB un 11% el año 2020. Un desplome así de importante solo se vio en 1993, en los años del “Período Especial” que sucedió a la caída de la Unión Soviética y el recrudecimiento del embargo estadounidense.

“Los problemas económicos que están afectando a los cubanos son de toda índole, y tienen en su base la pésima gestión del régimen y de la economía que pone lo mejor de la producción en manos del Estado, y que termina haciendo improductivo al país en todos los renglones. A eso se suma el llamado por el régimen al reordenamiento: un grupo de medidas estatales para concentrar la circulación de divisas extranjeras, y que ha devaluado –a pesar de un aumento salarial– la capacidad de compra de los cubanos a niveles ínfimos”, comenta Constantin.

En este contexto, una de las principales dificultades ha sido la disponibilidad de los medicamentos. “La crisis de salud pública acentúo la escasez de medicamentos, con casos de muchas personas que murieron sin tratamiento de antibióticos, o medicinas para la presión, o vitaminas. Y se volvió dificilísimo de alcanzar, y en el mercado negro terminan a precios muy altos. Había un medicamento en el que una o dos pastillas llegaron a equivaler al salario mínimo de Cuba”, detalla el periodista cubano.

Personas con mascarillas pasan frente a una bandera cubana en La Habana.

La negativa a autorizar la convocatoria, por parte del gobierno cubano, ha generado reacciones adversas desde Estados Unidos, donde la administración advirtió que la isla podría enfrentar nuevas sanciones económicas. “Al negarse a permitir dichas manifestaciones, el régimen cubano demuestra claramente que no está dispuesto a honrar o defender los derechos humanos y las libertades fundamentales de los cubanos”, apuntó un comunicado del Departamento de Estado en octubre.

En tanto, el eurodiputado español Manu Pineda, de Podemos, que se encontraba de visita en Cuba durante esta semana, se refirió a los organizadores de la protesta como “lacayos de los gusanos que quieren desestabilizar a nuestro pueblo hermano, nuestro pueblo referente”.

Desde julio, el gobierno liderado por Miguel Díaz-Canel ha estado enfrentando serias criticas por parte de sus ciudadanos. El día 11 de ese mes estallaron las protestas debido al racionamiento de los alimentos y medicamentos, algunos exigiendo la renuncia del presidente. En ese entonces, “Patria y vida” se volvió el lema de esas manifestaciones, en contraposición con el “Patria o muerte” del gobierno cubano.

Constantin pasó 10 días arrestado e incomunicado poco después de estallar las protestas. “Las movilizaciones del 11 de julio fueron algo que nunca se había visto en la historia de Cuba, con esos niveles y con esa rapidez, y más impensable en el régimen cubano, donde la dictadura había logrado controlar bastante bien todas las manifestaciones”, opina el periodista.

“Una generación de jóvenes que no había sufrido la represión en las décadas anteriores, y que además están hastiados de todo el discurso oficial, de las carencias, de cierta manera ha decidido mover las cosas, y así se ha avanzado al 15 de noviembre”, concluye Constantin.