Era sábado, y como tal, había una desconexión total. David Arias estaba en una sinagoga en Haifa, una ciudad al norte de Israel, a solo 40 kilómetros de Líbano. De origen chileno, estudió música y se especializó en estudios judaicos, hasta que viajó a Haifa, donde vive desde hace años. Ahí es rabino.
“Estábamos rezando el sábado en la mañana, y el día sábado, que para los judíos es un día sagrado, en cuanto a que nos abstenemos de determinadas acciones, como usar celular, ver televisión o escuchar radio, de manera que cuando estaba oficiando la ceremonia religiosa empezaron a llegar feligreses que nos fueron poniendo al tanto de lo que estaba pasando”, dice sobre los hechos del 7 de octubre.
A las 6 de la mañana de ese día, Hamas había anunciado su Operación Tormenta Al-Aqsa, que empezó con cientos de misiles aéreos provenientes de la Franja de Gaza y que cayeron en distintas ciudades del sur de Israel. Mientras esos misiles cruzaban el cielo, en tierra distintos militantes del grupo radical salían del enclave palestino y se mostraban armados y en vehículos robados. “Inmediatamente entendimos que era un evento de proporciones. En Israel estamos acostumbrados a las escaladas de violencia, que es la intención constante de Hamas de dañar a los civiles de Israel, pero esta vez sentimos que era algo distinto, sobre todo por la sorpresa y por la cantidad de secuestros, que fue uno de los primeros datos que se empezaron a difundir”, señala Arias.
Desde su sinagoga, recibiendo de a poco las noticias esa mañana, David Arias estaba con su comunidad en Haifa, al otro extremo del país. “Fue un momento de unión, de plegaria, de reflexión, de pensar en los cercanos y queridos, familiares y conocidos. Israel es un lugar muy pequeño, entonces todos conocemos a alguien que está involucrado en esto”, comenta al respecto: Israel cuenta con 9 millones de habitantes y casi 500 kilómetros de longitud de norte a sur.
En Israel, comenta Arias, hay seis días hábiles, y solo el sábado se descansa. Esa situación particular lo tenía desconectado de las redes, pero la declaración de guerra del primer ministro Benjamin Netanyahu interrumpió eso. “Ahí me enteré y decidí prender el celular por ser una emergencia, y me estaba esperando el llamado de mi supervisor y jefe en el Ejército, pidiendo que nos reportáramos”, señala. Había una orden de reclutamiento, “la orden número 8″, que se les dio a todos los reservistas, donde no importa en qué parte del país se esté, hay que abandonarla y presentarse en la base
La movilización, posterior a la declaración de guerra anunciada por Netanyahu, fue un éxito: “Ya el sábado al mediodía se estaban repartiendo las órdenes de reclutamiento, sea por SMS o llamado. En un lapso de 36 a 48 horas el Ejército consiguió reclutar cerca de 350 mil reservistas, un reclutamiento récord”, comenta Arias.
Refiriéndose al plan de retirada unilateral que llevó a cabo Israel de Gaza en 2005, Arias comenta: “Lo que está sucediendo ahora es la otra cara de esto, y al tratar de flexibilizar la situación e ir en pos de los habitantes, nuevamente Israel ha sido atacada. Cuando Israel intentó hace 18 años entregar de manea unilateral el territorio, lo que obtuvo fue básicamente misiles. Lo que el Ejército va a hacer esta vez va es tomar cartas muy serias en el asunto. Será largo”.
“En cuanto al bloqueo, es una cosa que es también difícil para Israel: tiene interés en que los palestinos puedan entrar al territorio israelí a trabajar, quiere tener una relación fraterna con la población de la Franja de Gaza”, asegura el reservista.
De todas maneras, considera que lo vivido el fin de semana pasado supera cualquier cosa imaginada en el pasado: “Con respecto a la respuesta del Ejército, esta es una dimensión desconocida para nosotros, en cuanto a lo que se venía gestando entre Hamas e Israel, que hace mucho dejó de ser una organización terrorista, y con más de mil soldados que entraron al territorio no es solo un grupo paramilitar. Es un Ejército con comandantes, presupuesto, entrenamiento, financiamiento de Irán y otras entidades”.
Arias está en una unidad de logística, por lo que más que combatir, su función es ayudar a los soldados que estarán en terreno. Ya en la base, empezó a cumplir distintas tareas: “Dentro de lo que puedo comentar, lo que se hace es habilitar toda la maquinaria y el equipamiento que se necesita para las distintas tareas del Ejército. No solo atacar sino también proteger civiles, detener el avance de Hamas, y cada unidad se encarga de distintas cosas. De momento, la Fuerza Aérea es la más exigida”.
“Estoy preocupado por mi familia, amigos, conocidos, que desgraciadamente fueron secuestrados, tomados como rehenes. Muy triste por algunas personas conocidas que fueron asesinadas ese fin de semana, torturados antes y después de morir… en algunos casos toma tiempo hasta que se sabe que la persona murió, porque hay que terminar de identificar el cuerpo”, asegura.
Después de muchos rumores sobre si la respuesta israelí se iba o no a limitar a ataques aéreos, ayer el gobierno de Netanyahu lanzó un llamado a más de un millón de personas que habitan el norte de la Franja de Gaza a evacuar hacia el sur. Esto, como advertencia previa a la que se espera sea una ocupación terrestre del territorio.
“Respecto a la advertencia de Israel, la zona norte de la Franja de Gaza es donde se ubican los principales jefes de Hamas, aunque los verdaderos jefes de Hamas no están en la Franja de Gaza. ¿Si era esperable? Sí, en realidad había que decirles de evacuar lo más posible, para evitar hacer más daño del que se pretende. Se pretende minimizar el daño a la población civil, y maximizar el daño a los soldados y fuerzas del Hamas, que muchos de ellos están justamente concentrados en esa zona”, comenta Arias.