Fue una apuesta arriesgada: pocas horas después de saber que había perdido contra la Agrupación Nacional, obteniendo el 14,6% de los votos contra el 31,4% de ellos en las elecciones europeas, el presidente francés Emmanuel Macron hizo una cadena nacional y anunció que disolvería la Asamblea Nacional, que se harían nuevas votaciones legislativas, y que, sin más, se realizarían el 30 de junio.
Con esto, parece que después de años como partido “marginal”, la Agrupación Nacional (ex Frente Nacional) podría por fin llega a tener el poder, con un discurso populista y enfocado en considerar a la migración como la raíz de todos los problemas en Francia.
El periodista David Doucet ha escrito una serie de libros investigando el fenómeno de la extrema derecha en Francia: desde una Historia del Frente Nacional, pasando por La Fachósfera: cómo la extrema derecha está ganando la batalla del internet, La juventud escondida de Marine Le Pen y últimamente El odio en línea. En entrevista con La Tercera, el experto comenta la situación actual con el llamado a elecciones de Macron, y el crecimiento reciente de la Agrupación Nacional.
En Francia habrá elecciones legislativas adelantadas este 30 de junio, y sus correspondientes balotajes el 7 de julio. ¿Cuál es el interés de Emmanuel Macron de disolver la Asamblea Nacional?
Bueno, hay que entender que Macron ya no poseía la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, y encontraba muchas dificultades para pasar sus leyes, además del constante riesgo de una moción de censura en contra de él. Así que, desde el inicio de su segundo mandato, se le ha visto más paralizado en el punto de vista legislativo, viéndose obligado a usar en demasiadas ocasiones el artículo 49.3, ese que permite aprobar leyes sin el voto de la Asamblea.
El problema es que no puede seguir haciendo eso, por así decirlo, agotó su crédito. Y allí, con las elecciones europeas, que es una votación que no tiene nada que ver, él las vivió como una desautorización, porque al mismo tiempo fueron unas elecciones que movilizaron a mucha gente, más del 50% de participación y, por otro lado, lo dejaron en segunda posición, muy por detrás del partido de extrema derecha. Por eso quiso reunir a toda la gente y proponerles volver a votar para elegir una Asamblea Nacional, para elegir diputados.
Su objetivo es el de tener una mayoría que le permita aplicar su programa, que es algo que no ha podido hacer desde el inicio de su mandato. Pero en esa apuesta, él entiende que existe la posibilidad de la cohabitación.
¿Qué poder le quedaría al presidente, en el caso de la cohabitación con un primer ministro de otro partido, en el sistema político francés?
En ese caso, el que queda siendo realmente el jefe de Gobierno es el primer ministro, porque tiene todos los poderes que vienen de la mayoría parlamentaria. Y así ha sido en todos los casos anteriores.
Por ejemplo, ya hubo una disolución en la historia de Francia. Fue en el 97. Es el último que se sabe, donde Jacques Chirac pasó por lo mismo. No tenía mayoría absoluta en la Asamblea, así que decidió disolverla, aunque la realidad terminó volteándose contra él. Y fue elegida una mayoría de izquierda, y por eso tuvo que tratar con la izquierda y nombrar a un primer ministro de izquierda llamado Lionel Jospin. Y el presidente, en este caso, se concentró principalmente en lo internacional, en las funciones “soberanas”. Pero ya no tenía el poder para llevar a cabo sus políticas.
Hay pequeñas cosas, como vetar leyes o ser el que declara las guerras, que un primer ministro no puede hacerlo. Pero en general, se coincide en que fue una apuesta fuerte la que hizo Macron, al llamar a elecciones. Es complicado entender lo que quiso hacer, porque, de hecho, desde un punto de vista racional, es incomprensible, ya que todavía tenía mayoría en la Asamblea. No era una mayoría absoluta, pero había una.
Con estas votaciones, corre el riesgo de quedar realmente en minoría en la Asamblea Nacional y, por tanto, de no poder gobernar en absoluto y de perder poder político, de no liderar la acción del gobierno y de verse obligado a cohabitar, lo que significaría que la extrema derecha gobierna el país.
Algunos medios dicen que sería una estrategia, si es que hay una, que apunta a las elecciones presidenciales de 2027. ¿Tiene sentido darle el poder a Marine Le Pen y Jordan Bardella durante estos años, con el único fin de agotarlos hasta entonces?
Hay muchos escenarios, y en los medios de comunicación franceses y en la clase política francesa, todo el mundo dice que Agrupación Nacional, la extrema derecha, está en una senda ascendente, y que tarde o temprano tomarán el poder. Y en particular durante las próximas elecciones presidenciales, todo el mundo dice que estaba escrito que Marine Le Pen iba a ser presidenta en 2027.
Excepto que lo que observamos, y este es el caso en Francia, pero también el de muchos otros países, es que tan pronto como ejerces el poder, de repente te enfrentas a realidades que inmediatamente te vuelven menos atractivo. Entonces hay quienes dicen que Macron apuesta por darle el poder hoy a la extrema derecha, pero siendo presidente para limitar un poco, para poder controlar aún su acción, porque el presidente puede incluso impedir proyectos de ley. No tiene mucho poder, pero todavía tiene un poco de poder de control, tiene poder internacional, tiene poder sobre el Ejército, por lo que todavía tiene las funciones, lo que llamamos “soberanas”, que le pertenecen. La extrema derecha no podría iniciar una guerra, por ejemplo, mientras él sea Presidente de la República.
Entonces esto nos permitiría confrontarlos con el ejercicio del poder, y tal vez mostrar los límites de su discurso, porque es cierto que Agrupación Nacional, su ventaja, es que prometen un poco de todo y su contrario. Es decir, prometen reducir impuestos, aumentar los salarios de la gente, también prometen reducir el déficit, y todo eso económicamente no se sostiene, y por eso Macron quiere demostrar que el programa es incoherente, que no puede sostenerse. Por lo tanto, los franceses se darían cuenta de que hay muchas mentiras y falsas promesas en el discurso de Agrupación Nacional.
Ésa es una hipótesis, porque la gran fortaleza hoy de Agrupación Nacional, y es una fortaleza que ha seguido aumentando a lo largo de los años, es que tienen lo que llamamos una virginidad política, es decir, que nunca han estado en el poder a nivel nacional. Así que hay mucha gente en Francia que está harta de la política, pero que dice que no se ha intentado con Agrupación Nacional, así que ¿por qué no intentarlo?
Ahora, vista las encuestas, las elecciones europeas y la situación política actual, ¿hay una posibilidad de que Agrupación Nacional no resulte el partido más votado en las próximas elecciones? ¿Es posible que pierdan?
Sí, es posible, pero es complicado determinar de antemano qué pasará, porque no son muchas semanas de campaña, aún quedan casi tres. Pero lo que sí es seguro es que el número de diputados que tienen aumentará inevitablemente. Hoy sólo tienen 88 diputados, pero en las proyecciones que vemos, estamos hablando de 150 a 200 diputados. Quizás podrían tener una mayoría absoluta.
Entonces ya vemos la posibilidad de que Jordan Bardella sea primer ministro como algo real.
Sí, es muy posible.
El gobierno de Macron ha tomado medidas que no le han molestado a Agrupación Nacional, sobre todo en el caso de la ley de inmigración, que la misma Marine Le Pen reivindicó como “una victoria ideológica” de su partido. Esta derechización de Macron que hemos visto este último mandato, ¿les ha servido a los intereses de Le Pen?
Sí, de seguro. En cualquier caso, en Francia, casi desde la fundación del Frente Nacional y luego Agrupación Nacional los presidentes siempre han querido coquetear con la extrema derecha e intentar dar cosas a su electorado. Este fue el caso de Nicolas Sarkozy. quien dijo que existía un vínculo entre inmigración y delincuencia. Este fue también el caso de François Hollande, quien aprobó una ley sobre la pérdida de la nacionalidad. Este fue el caso de Emmanuel Macron, que creó el proyecto de ley del que usted habla. Y concedió una entrevista a un periódico de extrema derecha llamado Valeurs Actuelles. También hizo entrevistas con personas cercanas a CNews, un canal muy conservador en Francia.
Al final, esto les dice a los votantes que no hay razón para demonizar a la extrema derecha, que el voto por Agrupación Nacional sea cada vez más “libre de culpa”. Y en realidad, ese siempre ha sido el caso. Los presidentes en Francia siempre piensan que están explotando a la extrema derecha, pero sólo están validando el discurso retórico de la extrema derecha. No aprenden de sus errores.
Sobre el hecho de esa culpa, puedo decirle, porque he trabajado mucho ese tema: cuando la gente iba a votar por el Frente Nacional, la gente antes tenía miedo. No se lo contaban a nadie, no se lo comentaban a sus colegas del trabajo, no se lo contaban a su familia: había realmente una vergüenza por ser de extrema derecha. Hoy, sin embargo, ya no está esa vergüenza. Hay jóvenes que se graban en TikTok diciendo que votarán por Marine Le Pen, por Bardella. Están orgullosos de eso.