Entre los pasillos húmedos del mercado mayorista de mariscos de Huanan, en China, poco a poco la tos comenzó a resonar por el lugar. No había explicación para que cerca de 40 trabajadores del establecimiento en Wuhan comenzaran a presentar cuadros de neumonía. Todos con malestar y problemas para respirar, todos con fiebre. Todos finalmente con Covid-19.
Dicho episodio, registrado en diciembre de 2019, fue la génesis de una pandemia que ya contabiliza más de 6,5 millones de muertos y más de 600 millones de infectados. Prácticamente una de cada 12 personas en el mundo se ha contagiado durante estos 33 meses de crisis sanitaria, y algunos más de una vez. ¿Cómo un virus ha podido pasar de cuerpo en cuerpo hasta cubrir casi completamente el planeta? A nivel microbiológico, el virus también se defendió, se escabulló, mutó para no morir y ahora sobrevive gracias a sus recombinaciones del material genético que copia y pega cada vez que infecta a un nuevo huésped.
Este es el camino del virus que tuvo contra las cuerdas al mundo, que poco a poco se recupera para llegar al comienzo del fin de la pandemia. Lo primero que se supo fue que este agente microbiológico correspondía a un coronavirus similar al SARS, otro virus que apareció a finales de 2002 en China y mató a cerca de 800 personas. “Es un virus con un genoma bien grande, y estaba relativamente bien conservado. Cada vez que se multiplicaba no se producían grandes cambios”, describe la infectóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Jeannette Dabanch.
Se cree también que el virus proviene del murciélago de la fruta, pero lo cierto es que aún no ha sido posible definir el “reservorio zoonótico” del SARS-CoV-2. Es decir, no hay certezas claras de cómo el virus pasó de un animal al humano, ni de qué animal en específico. Según el virólogo y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, Dr. Rafael Medina, el virus de Wuhan es muy parecido a otros que se mantienen en la naturaleza por estos mamíferos voladores. Pero también pudo haber sido transmitido a través de otro animal que operó como intermediario.
¿Cómo un murciélago, que está principalmente en zonas rurales, eventualmente transmitió el virus a humanos de la poblada ciudad de Wuhan? Según Medina, también se habló del pangolín como responsable, ya que durante el 2020 se detectaron algunos de estos animales infectados, incluso con signos de la enfermedad. “Pero hay datos muy recientes en que los gatos de civet, o civetas, podrían ser también un intermediario posible. Esto, dado a nuevos estudios que se realizaron en el Mercado de Wuhan, donde se sabe que estos animales sí se comercializan como alimento”, agrega el virólogo.
Más allá de conocer su origen, los primeros esfuerzos de los científicos y científicas estuvieron puestos en describir este nuevo virus para contener la infección que se transmitió rápidamente por el mundo. Cada vez que el SARS-CoV-2 ingresa al organismo, éste se replica para contagiar al siguiente. En estas miles de replicaciones que ocurren durante el proceso de infección, basta con que una de ellas recombine “erróneamente” su material genético para producir una mutación del virus. Quizás más letal, más ineludible al sistema inmune y con mayor capacidad de pasar de persona en persona.
La Organización Mundial de la Salud, desde las primeras semanas en que apareció este virus, decidió convocar a un grupo de científicos del ahora llamado Grupo Asesor Técnico sobre Evolución de Virus, y a otras organizaciones expertas en nomenclatura y comunicación virológica. Esto, con el fin de considerar etiquetas fáciles de pronunciar y no estigmatizantes para cada variante de interés (VOI) y de preocupación (VOC) que aparezca durante el tiempo. A partir de allí, cada nueva cepa del SARS-CoV-2 se ha ido bautizando con una letra griega, en orden de aparición en el mundo.
Con la variante Alfa, documentada por primera vez en septiembre de 2020 en Reino Unido, el volumen de pacientes era menor, pero la mortalidad y la letalidad fue mucho mayor. Los datos ahora sugieren que es un 30-40 % más transmisible que el SARS-CoV-2 original. “Además, la variante Alfa era muy letal y generaba infecciones mucho más graves que las variantes posteriores. Desde el punto de vista de la red asistencial, fue lo que durante el 2020 y mediados de 2021 nos mantuvo muy preocupados”, manifiesta el epidemiólogo y subdirector médico de Clínica Dávila Vespucio, Dr. Luis Herrada.
A fines de 2020 se administraron las primeras vacunas contra la variante original del SARS-CoV-2. Con ello, los sujetos inoculados pudieron enfrentar con mayor fuerza a todas las afecciones que produce el virus en el cuerpo. Pero, durante la constante replicación y mutación del virus, durante 2021 aparecieron nuevas cepas que lograron saltar las barreras generadas por las vacunas.
Específicamente, las variantes que despertaron la preocupación en el mundo, y sobre todo en Chile, fueron Delta y Ómicron, “ya que eran de una transmisibilidad sin precedentes, con una alta tasa de mutaciones y mayor capacidad para evadir la respuesta inducida por vacunas o infecciones previas”, agrega el director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), Alexis Kalergis. Afortunadamente, según manifiesta, la inmunidad generada por las vacunas logró que las personas contaran con defensas adecuadas contra los efectos más severos de la enfermedad, lo cual se reflejó en una marcada disminución de las hospitalizaciones y fallecimientos.
Mutar para sobrevivir
A lo largo de la pandemia, las variantes y subvariantes que han aparecido tienen la particularidad de ser menos agresivas y más transmisibles que sus cepas predecesoras. De acuerdo al Dr. Roberto Olivares, jefe de infectología de Clínica Dávila, las distintas variantes tienden a competir por cuál va a producir una pandemia y posteriormente se quede de manera endémica por muchos años. “Si el virus mata más rápido al huésped, éste no se alcanza a transmitir. No sería un virus eficiente”, postula Olivares.
Con la vacuna bivalente, que comenzará a administrarse anualmente en el Plan Nacional de Inmunización, y que cubre tanto a la cepa original como a Ómicron, hará que muchas personas se defiendan aún mejor nuevas variantes que provoquen Covid-19. Olivares proyecta que “probablemente el virus va a querer sobrevivir a través de mutaciones, pero nunca va a ser un virus tan agresivo como lo fue al principio. Sobre todo en un escenario con mucha gente vacunada, con mucha inmunidad natural. El mundo entero se va a poder defender mejor de cualquier variante o subvariante de este mismo virus”.
Para el virólogo de la Fundación Ciencia y Vida, Dr. Nicolás Muena, el fin de la pandemia no significa que el virus deje de circular, sino que simboliza el paso hacia una fase de endemia, donde la enfermedad se seguirá contagiando y expresando entre nosotros. “Lo que puede haber son más contagios, pero no que afecte más grave a las personas infectadas. Ómicron es una de las variantes que más evade el sistema inmune, debido a su constante cambio. Hay gente que se ha contagiado con distintos sublinajes de Ómicron, porque incluso entre ellas hay evasión de la respuesta inmune”, explica.
Las vacunas otorgaron una tremenda protección contra la enfermedad grave que provoca este virus. En el mundo se han administrado más de 12 mil millones de dosis en la población, y en Chile la cifra supera las 62 millones de vacunas, según los datos del Departamento de Estadística e Información de Salud (DEIS), del Ministerio de Salud. Asimismo, el 94,25% de la población objetivo en Chile -mayores de 18 años- ha completado su esquema de vacunación contra SARS-CoV-2. Esto ha permitido que a partir del 1 de octubre se puedan flexibilizar las medidas sanitarias, de acuerdo al Plan Seguimos Cuidándonos Paso a Paso.
“Si se siguen levantando gradualmente estas restricciones, podrían aumentar los contagios, pero es difícil que suban las hospitalizaciones y enfermedades graves”, antepone el Dr. Olivares. Según el especialista, tendría que aparecer otro tipo coronavirus, que se comporte de manera muy diferente, como para que vuelva a ser tan agresiva como la que afectó a los trabajadores del mercado mayorista de mariscos en Wuhan. Lo que queda por saber es que si el virus que ha rondado por el mundo durante el último tiempo se volverá estacional, como la influenza, o si tomará una conducta endémica que lo haga habitar entre nosotros a lo largo del año.